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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

La policía detecta un aumento de mafias que explotan a inmigrantes

Sesenta mil personas fueron movilizadas desde 1998 por las 622 redes desarticuladas

Las historias de las 20.000 inmigrantes explotadas como prostitutas en España arrancan en la otra orilla del Atlántico, en Europa del Este o más allá del Estrecho. Se inician con el señuelo de un trabajo cuyas denigrantes condiciones se ocultan a la víctima, y terminan en cualquiera de los centenares de clubes de alterne donde las víctimas observan impotentes cómo engorda su deuda (viaje, pasaporte y visado falso) con multas que hacen imposible su liquidación.

La tabla de castigos contempla tarifas y un elenco miserable y variopinto de reprimendas. 5.000 pesetas de multa por sentarse más tiempo del estipulado; 6.000 por visitar con frecuencia el baño; 10.000 por hablar mucho por teléfono. Sin contar con los intereses usureros, que en ocasiones alcanzan el 5% de incremento diario. 'Hasta por una barra de labios les cobran tres veces más de su precio', señala un policía. Al final, la deuda de la inmigrante la encadena a la red mafiosa durante años.

Este sistema de explotación es el más sutil, porque los 40 policías de la Brigada Central de Extranjería que investigan a las mafias de la inmigración descubren con excesiva frecuencia a matones profesionales disfrazados de porteros y camareros, cámaras que violan la intimidad de las meretrices y hasta perros de presa que vigilan sus habitaciones para evitar que las jóvenes, aplastadas por su deuda y desengañadas, se den a la fuga.

Este cuadro no es excepcional. Ha aparecido en las carreteras de Soria, País Vasco, Levante y Andalucía. También en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia. Las estadísticas demuestran que el mayor número de las mafias de inmigrantes desarticuladas por la policía y la Guardia Civil se dedican a la prostitución. En los dos últimos años, la policía ha desmantelado 186 de estas redes de proxenetas y detenido a 393 personas.

Julio Prieto, comisario de la Brigada Central de Extranjería, que se ha visto obligada a triplicar su personal, reconoce que las 561 redes desarticuladas desde 1998 y los 1.706 detenidos son sólo 'la punta del iceberg' y admite que se observa un aumento en su actividad. 'Si crece el negocio crecen los explotadores', dice el responsable policial, quien asegura que también ha mejorado la eficacia policial. Entre la policía y la Guardia Civil han detenido a 3.179 personas.

Además de las mafias dedicadas a la prostitución, los dos cuerpos han detenido a los responsables de otros grupos que falsificaban documentos y colocaban a inmigrantes en el sector agrícola, ganadero y en la hostelería.

Cada red la integran de tres a cuatro personas, sin contar con sus colaboradores en los países de origen, y mueve un mínimo de 100 inmigrantes. Sus responsables están relacionados con el sector de la hostelería y los servicios. Manejan agencias de viaje, dan cursillos a sus víctimas para facilitarles el acceso por aeropuertos europeos (Amsterdam y París) y les facilitan cartas falsas de supuestos amigos o familiares que les reclaman para pasar sus vacaciones en España.

Prieto pide ayuda: 'Necesitamos de la colaboración de las víctimas. Si denuncian a sus explotadores, en su mayoría españoles, la nueva ley les garantiza su regulación y la concesión del permiso de residencia. El 10% de nuestras operaciones ha sido gracias a esta colaboración. Aunque sepamos quiénes son los delincuentes, si las víctimas no colaboran no podemos hacer nada'.

Premio a las denuncias

Desde la entrada en vigor de la anterior Ley de Extranjería, en febrero de 2000 , las posibilidades de perseguir a las mafias que explotan a los inmigrantes indocumentados han aumentado. Tanto en esa normativa como en la reciente reforma de la ley se garantiza al inmigrante su permanencia en España si denuncia a sus explotadores. Julio Prieto, comisario de la Brigada Central de Extranjería, asegura que alrededor de 30 redes han sido desarticuladas gracias a estas confidencias. Las personas que las han denunciado han conseguido a cambio el permiso de residencia y su regulación definitiva. El responsable de perseguir a las redes organizadas reconoce que existe recelo de los inmigrantes hacia la policía. 'Creen que les vamos a expulsar. Y están equivocados, porque nuestra misión es combatir a los mafiosos que los traen y a los empresarios que los explotan. No vamos contra ellos. Ahora podemos ofrecer algo a las víctimas. Podemos garantizarles su residencia en España. Éste es un instrumento importantísimo para nosotros'. Las denuncias recibidas en el último año han sido telefónicas y proceden de ONG, asociaciones y consulados. En el caso de mujeres que ejercen la prostitución, algunas han sido alentadas por sus clientes. A las víctimas se les aplica la Ley de Protección de Testigos y asigna un número para que no figure su identidad en ningún documento judicial. Varias personas, en su mayoría mujeres, ya han llevado al banquillo a sus negreros.

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