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Crítica:Open de Australia | TENIS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Capriati supera a Hingis y gana su primer 'grande'

'Ya no dudaré más de mí misma. Si he logrado este título, soy capaz de todo', dice la campeona

El momento más brillante de su carrera llegó justamente después de la peor tormenta. Jennifer Capriati vivió la gloria a los 24 años; ayer, cuando ganó a la número uno del mundo, la suiza Martina Hingis, y se adjudicó su primer título del Grand Slam. Eso no lo había logrado ni siquiera en sus años precoces, cuando fue considerada la musa del tenis norteamericano. Entonces ganó mucho dinero, conquistó un oro olímpico en Barcelona 92 y jugó las semifinales en tres de los cuatro grandes. Ayer recuperó todo el esplendor de su olvidada sonrisa y saltó como una posesa por la pista cuando concretó su victoria en la final del Open de Australia por 6-4 y 6-3 en una hora y dos minutos.

'A partir de ahora, ya no voy a dudar nunca más de mí misma', aseguró minutos más tarde en la conferencia de prensa; 'si he sido capaz de regresar a casa con un grand slam en mi palmarés, creo que cualquier cosa es posible'.

Su andadura por el Open de Australia no deja ya dudas sobre su total recuperación. Hay algunos datos significativos: Capriati es la novena jugadora en el tenis profesional que ha ganado un grande derrotando a las dos primeras cabezas de serie; es la primera desde Tracy Austin (1997, Open de Estados Unidos) en superarlas en dos mangas; la única junto a Steffi Graf (1999, Roland Garros) que elimina a Monica Seles, Lindsay Davenport y Hingis para ganar un grand slam. Y, además, es la tenista más baja cabeza de serie (12ª) que gana uno de estos torneos en la era Open, iniciada en 1968.

A todo eso la ha llevado su ilusión y su fe. Capriati no parece en su mejor estado físico, incluso se diría que está un poco sobrada de peso. Pero esta circunstancia no supone ningún problema para ella porque asegura que se siente bien con su estado actual. 'No sé', respondió a una pregunta sobre el tema en una de sus conferencias de prensa; 'el año pasado creo que gané unos 12 o 13 kilos, pero los voy perdiendo. No me preocupa'.

Lo que la convierte en una jugadora peligrosa es básicamente su aspecto psicológico. 'Perdió su juego durante mucho tiempo, pero ahora ha vuelto a su corazón', afirmó ayer su padre, Stefano, más emocionado incluso que la propia jugadora; 'ahora es feliz, y yo también, porque creo que siempre se mereció este regreso. Es una gran alegría y un recuerdo imborrable'.

Incluso saltando emocionada en el centro de la pista después de cuadrar un partido impresionante frente a Hingis, Capriati se iba dirigiendo hacia la grada donde se encontraba su padre. 'Él ha sido una pieza fundamental en mi regreso al tenis', reconoció. 'Le debo mucho porque sólo su apoyo ha hecho posible que ahora haya ganado este título', agregó. Después, sentada en su silla al lado de la red, recibió la llamada de su madre, Denise (divorciada desde 1995), y de su hermano, Steven. 'Soy feliz', se le oyó decir; 'tendremos tiempo de celebrarlo todos juntos cuando regrese a casa'.

Los problemas están definitivamente enterrados. La etapa en la que Capriati dejó de ser una niña prodigio para intentar llevar una vida al margen del tenis y de su familia, los días en que se vio enfrentada a la justicia por robo y tenencia de drogas, entre 1993 y 1995, han pasado al olvido. 'Parece que comience una nueva vida', comentó; 'es una vida diferente que empieza al ganar algo tan grande por primera vez'.

Durante la conferencia de prensa de Capriati, sólo se oyó una pregunta relativa a su pasado: '¿Sería capaz de vender su historia para hacer una película?'. Y respondió: 'Por ahora, no. Si algún día lo hiciera, sería sólo imponiendo mis condiciones'.

Derrota aceptada

Hasta Hingis tuvo palabras elogiosas para su rival, algo poco común en la suiza. 'Siempre perteneció al grupo de las cinco mejores', aseguró; 'es verdad que no tenía nada que perder, pero es una gran campeona. Y hay que tener mucho respeto por ella y por su juego porque conoce muy profundamente este deporte'.

Hingis aceptó su derrota, consciente de que había tenido poquísimas oportunidades. Capriati supo aprovechar incluso la fuerza de sus golpes y siempre contrarrestó su juego con golpes profundos y colocados. 'Ella no falló', concluyó la helvética, 'y yo acabé muerta después de superar a Venus [Williams] y de jugar el doble. Es probable que no dispute más torneos de dobles en el Grand Slam'.

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