Kohl acusa de 'difamadora' a la comisión que investiga donaciones ilegales durante su etapa como canciller

Combativo como siempre, Helmut Kohl acusó ayer a la comisión parlamentaria que investiga si su gestión de Gobierno se vio influenciada por pagos ilegales, de pretender 'difamar y criminalizarlo' con su labor. En lo que ya es su tercera comparecencia ante este gremio que preside el socialdemócrata Volker Neumann, el ex canciller alemán volvió a negarse a identificar a aquellas personas que en los años noventa le entregaron 2,1 millones de marcos (179 millones de pesetas), en donaciones políticas no declaradas como tales y, por tanto, ilegales.

Kohl afirmó que la 'comisión parlamentaria, desde un inicio ha sido usada como un instrumento de lucha política por parte de la mayoría socialdemócrata y verde', y recordó a sus integrantes que pese a 13 meses de deliberaciones e interrogatorios las acusaciones en su contra son muchas, pero las pruebas, pocas. El ex canciller había sido citado para dar explicaciones, entre otros asuntos, sobre la venta a Arabia Saudí de 36 carros de combate ligeros en 1991.

Si bien se ha podido comprobar que el grupo industrial Thyssen, fabricante de los carros de combate, en el marco de esta transacción desembolsó a nivel internacional sobornos por 220 millones de marcos (18.700 millones de pesetas), sigue siendo un misterio quiénes fueron los destinatarios de los pagos, tramitados en parte por Karlheinz Schreiber. Este traficante de armas, en 1991 entregó un millón de marcos a la CDU.

Tanto Kohl como su entonces ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, afirmaron ayer que la venta de los carros estuvo exclusivamente motivada por consideraciones estratégicas, es decir, cooperar en el esfuerzo aliado en contra de Irak. Ya desde antes del inicio de las deliberaciones, que continuaban al cierre de esta edición, el presidente de la comisión parlamentaria había admitido que en relación a la venta de los tanques no se han podido probar 'sobornos de alto nivel'.