El relevo

Enclavados en el sello discográfico Loli Jackson -nacido a partir de la loable iniciativa del grupo Dover de preservar el desasistido rock español de última hora-, estas tres formaciones madrileñas ofrecieron una buena muestra de que, pese al mal momento por el que atraviesa la música no adocenada, la calle se sigue imponiendo sobre la pretensión de que el arte se diseña en despachos de mercadotecnia. Comenzó Sperm, trío compuesto por el cantante y guitarrista Samuel Titos, el bajista Javier Garrido y Alfredo Pérez y que, con hacerlo técnicamente bien, revela una dependencia estilística de Nirvana demasiado evidente. Su sonido es conjuntado, sus ganas loables y su ilusión palpable, pero, como en todo lo relativo en música, les faltan aún canciones redondas que respalden su propuesta musical, ya un tanto antigua.

La Vacazul, de Alcalá de Henares, fue en directo dueño y señor de un rock intemporal en el que se mezclan los sonidos de los años setenta y una personalidad actual que dota al grupo de infinidad de alicientes de interés. Su guitarra y cantante, Jairo, es un excelente front man, siempre respaldado por el poderoso bajo de Javier Bacas, el batería Pax y el teclista Txarras, siendo este último el que pone una nota de distinción con las notas de su piano eléctrico o sus sonidos de órgano.

Presentaron en directo temas de su último trabajo, Radio tangente, con largos desarrollos instrumentales y creaciones de climas tremendamente interesantes. Sus canciones son aún lo suficientemente difíciles o complicadas como para que el gran público las acepte de forma mayoritaria, pero sin duda alguna están en el buen camino: el que señala la diferencia como mayor valor, frente al de la monótona igualdad de las modas o las exigencias comerciales.

Cerrando la noche actuó otra banda con mucho prestigio y ya una legión de seguidores en el pequeño universo de la música independiente. Formado por el cantante Rodrigo Llamazares, el batería Javier Gómez, el bajista José Javier Rojas y el guitarrrista David Obelleiro, Super Skunk dio una buena muestra de que el rap rock en castellano se consolida como interesante alternativa dentro de la música juvenil. Contando siempre con la complicidad del público, el grupo ofreció temas de sus dos elepés hasta la fecha, incluyendo los de su último single, Luz. Buen ritmo, riffs de guitarra suficientemente crudos y un excelente cantante hacen de ellos uno de los grupos españoles con más futuro.