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Cintas, meniscos y dudas

A pesar de cuatro pleitos entrecruzados en la UGT malagueña, las supuestas escuchas ilegales en la federación de Servicios Públicos parece que nunca se dilucidarán. Ayer, el presidente de la comisión de garantías confederal, Bonifacio Rojo, reconoció la existencia de las cintas, pero dijo que nunca fueron escuchadas porque al ser de 1994 estaban prescritas, según los estatutos.

Aunque no fueron oídas, hace un año la comisión concluyó en su expediente que contenían 'conversaciones realizadas en la sede de la FSP' en los primeros meses de 1994.

Rojo excusó a UGT por no haber denunciado los hechos por vía penal y dijo que debería haberlo hecho el entonces secretario provincial, Juan Antonio Triviño, quien informó a los órganos confederales. Éste aclaró que, según los estatutos, los secretarios provinciales no pueden iniciar pleitos y que ni la UGT confederal ni la regional le dieron poderes para hacerlo. Las cintas están 'archivadas', según Rojo, quien no precisó dónde.

La denuncia de Triviño motivó el expediente contra el secretario de la FSP Francisco Povedano, que fue suspendido seis meses de militancia aunque no por las escuchas sino por irregularidades en la gestión de los fondos de la federación.

Ayer, en el pleito que Povedano entabló contra UGT por entender que la sanción suponía una vulneración de sus derechos fundamentales y una represalia, Rojo afirmó que fue penalizado no por apropiación indebida sino por 'engaño' a los afiliados. La razón: se dio una cuenta para pagar unos cursos como si perteneciera a UGT cuando en realidad era de la academia Sustrebla. La ausencia del número dos del sindicato desinfló el juicio. Alberto Pérez justificó su tercera incomparecencia en una rotura de menisco. Según Rojo, Povedano ya ha cumplido los seis meses de sanción.

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