_
_
_
_
Entrevista:BOUSSAINE FARID | INMIGRANTE MARROQUÍ

'No tengo papeles pero no soy malo'

Miquel Noguer

Boussaine Farid no es el prototipo de inmigrante llegado en patera a través del estrecho. Arribó a Almería hace un año y medio a bordo de un moderno ferry procedente de Melilla y pudo viajar hacia el Norte sin ningún problema. Con 22 años y un visado de turista en el bolsillo, no esperaba tener muchas dificultades para adentrarse en un país que, pese a no ser el suyo, creía conocer bien gracias a la televisión. Fue entonces cuando descubrió que lo que había visto en los reportajes captados gracias a las antenas parabólicas nada tenía que ver con la España de la miseria y la marginación que le ha tocado vivir.

'Cuando llegué a Almería tenía muy claro que quería venir a Barcelona. Aquí conocía gente y sabía que me ayudarían'. Y se plantó en Barcelona. Ya en la ciudad llegó su segundo gran descubrimiento: en Europa también se puede vivir hacinado, pasar hambre y sentir el rechazo en propia carne.

Desde su llegada a España, Boussaine Farid no ha podido trabajar. 'Cuando voy a cualquier sitio pidiendo trabajo lo primero que me preguntan es por mis papeles'. 'Y yo les digo: no tengo, pero trabajo bien,rápido y no soy malo'. Sin embargo, cada vez son menos los empresarios de Cataluña que aceptan como mano de obra a inmigrantes sin regularizar. Boussaine lo entiende, aunque no logra comprender que un país donde 'falta mano de obra' se pueda permitir el lujo de cerrar las puertas a personas dispuestas a hacer lo que haga falta para salir adelante y sobrevivir.

Desde su llegada a Barcelona, vive de la solidaridad africana. O lo que es lo mismo: uno de sus primos, éste con papeles, le ofreció instalarse en un piso compartido de Ciutat Vella. No paga nada por el alquiler ni por la comida, aunque sabe que esta situación no puede prolongarse permanentemente. Las mañanas las dedica a buscar trabajo y gracias a sus periplos por la ciudad ya se conoce todos los rincones de Barcelona.

Harto de esta situación y de hacer cola ante la Delegación del Gobierno para conseguir un permiso de residencia, Boussaine se plantó el sábado en la iglesia de Santa María del Pi. Lo que inicialmente era un encierro de protesta acabó por convertirse en una huelga de hambre y él la secundó desde el primer momento. Tumbado sobre un viejo colchón en la rectoría y ya visiblemente debilitado, Boussaine repetía ayer por la tarde que no desistirá de sus objetivos. 'Resistiré hasta el final'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_