El 56% de los hogares pobres está formado por mayores de 65 años

El creciente envejecimiento de la población española (más del 15% es mayor de 65 años), y que el año 1999 fuera considerado Año de las Personas Mayores por la ONU, llevó al Instituto Nacional de Consumo a elaborar el informe La tercera edad y el consumo (en Internet en la sección de estudios e informes de la dirección www.consumo-inc.es), presentado ayer. En él se recogen no sólo las pautas de compra de los mayores, sino que se hace un resumen general de su situación.

Así, por ejemplo, se destaca que en 1995 el Estado transfirió a este sector el 8,7% del PIB (véase gráfico). Pese a esta cantidad de fondos, la tercera edad es la que en promedio tiene unos ingresos más bajos, junto con los menores de 24 años. Por eso, el 70% manifiesta que llega con dificultades a fin de mes. Su ahorro es simbólico, y uno de cada cinco afirma que lo hace 'para poder dejar algo' a sus familiares.

Sus ocupaciones favoritas son ver la televisión (el 97%), ir a pasear y ver a sus amigos (el 89%), por delante de estar con la familia (el 86%). El 8% recibe ayuda económica aparte de sus pensiones. El informe destaca que cada vez son más los mayores que prefieren vivir solos, aunque esta independencia se va perdiendo con la edad.

La salud es la principal preocupación del 85% de ellos, y la soledad es un factor que influye en cómo se encuentran. Al preguntarles, el 37% de los que están solos dicen que su estado es malo, frente al 31% de los que viven acompañados y el 28% de los ingresados en una residencia. El 50% de ellos sufre alguna enfermedad crónica o una discapacidad, y el 15% sufrió un accidente o se cayó el último año.

Sólo el 25% está 'satisfecho' con la vida que lleva. La muerte, en cambio, no parece ser una de sus preocupaciones mayores. Sólo el 22% declara que le tiene mucho o bastante miedo (un 19% si vive en una residencia). El 27% está a favor de prolongar la vida a cualquier precio, prácticamente los mismos que los partidarios de la eutanasia activa (el 28%). La mayoría, el 43%, está a favor de no alargar la vida artificialmente (la eutanasia pasiva).