Kostunica se resiste a la presión de La Haya para entregar a Milosevic
La fiscal del Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI) , Carla del Ponte, se entrevistó ayer en Belgrado con el presidente Vojislav Kostunica. La entrevista concluyó sin resultados, ni declaraciones, y se calificó de 'muy abierta'. La agencia France Presse constata que Del Ponte 'parecía de mal humor' al salir. Un comunicado citado por la agencia Tanjug constata 'divergencias en la cooperación con el TPI'. Belgrado rechaza una inculpación colectiva.
Kostunica, un nacionalista serbio democrático, no quería recibir a Del Ponte y sostiene que procesar al ex presidente Slobodan Milosevic no es una prioridad para su Gobierno. Al final, Kostunica se tragó el sapo y recibió a la fiscal Del Ponte. Hasta ayer, Kostunica se había resistido.
La necesidad de hacer buena letra ante la comunidad internacional, que podría retirar los créditos a Serbia, y la presión de los países vecinos, que exigen muestras de buena voluntad para castigar a los criminales de guerra, no dejaron escapatoria a Kostunica, que aceptó a recibir a Del Ponte.
Todo indica que la entrevista no dio resultados. Un portavoz de Kostunica se dirigió a los periodistas allí reunidos: 'Estoy desolado por haberles hecho esperar, pero, como ven, la señora Del Ponte se fue y no ha querido hacer declaraciones y tampoco las habrá del presidente'.
Hasta ahora Kostunica, ante la pregunta siempre repetida de qué va a ocurrir con Milosevic, se había refugiado en la fórmula: 'No se trata de un asunto prioritario para nosotros'. Al mismo tiempo, Kostunica argumenta que la Constitución de Yugoslavia prohíbe la extradición de sus ciudadanos y no cuenta en el Parlamento Federal con la mayoría necesaria para su reforma. No hace mucho tiempo, Kostunica ponía incluso en tela de juicio la legitimidad del TPI y se refería a la componente criminal de los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia.
Se mueve Kostunica en un terreno resbaladizo, casi incluso entre la espada y la pared. La exigencia de La Haya de entregar a Milosevic no cesará y tampoco la presión a través de la ayuda económica que Serbia necesita con urgencia. Al mismo tiempo, Kostunica se encuentra al frente de un Gobierno de Yugoslavia en el que sus socios montenegrinos del Partido Socialista Popular (SNP) eran hasta hace unas semanas la 'voz de su amo', una sucursal de Milosevic en la menor de las repúblicas yugoslavas. Tampoco puede ignorar Kostunica la presión de los seguidores de Milosevic, que ayer protestaban contra la visita de Del Ponte: 'El TPI es una institución antiserbia, creado para acusar al pueblo serbio de forma colectiva'.
La agencia Efe informa de que Florence Hartman, portavoz de la fiscal Del Ponte, declaró que las exigencias del TPI a Serbia son las mismas 'ni más ni menos', que a Croacia y Bosnia. La portavoz se curaba en salud al afirmar que el traslado de Milosevic a La Haya 'no es una extradición, porque el TPI es un órgano de la ONU' y añadió: 'La detención de los acusados de crímenes de guerra es una obligación internacional de Yugoslavia'.
Según Hartman, no se trata sólo de detener a las personas que la prensa menciona con frecuencia, sino también de otras de las que no se habla tanto'. Declaró la portavoz que Del Ponte llevó a Belgrado un sobre lacrado con una orden de captura contra una persona residente en Yugoslavia que figura en la lista secreta de acusados del TPI: 'No sé de quién se trata. Es un documento interno y confidencial que será entregado al presidente Kostunica y a los organismos competentes'.
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