El Liceo incrementa el número de óperas y funciones desbordado por la demanda

Para la temporada 2001-2002, presentada ayer, el Liceo aumenta hasta 13 el número de óperas, tres más que en la actual, y se incrementa hasta 100 el número de representaciones líricas, un 33,3% más, en una oferta total que se eleva a 194 funciones entre ópera, ballet, conciertos, recitales y programación infantil. Mientras que los títulos operísticos aumentan, y también las actividades destinadas al público infantil a través del departamento pedagógico del teatro, los conciertos, recitales y espectáculos de danza disminuyen sensiblemente ante el interés preferente del público por la ópera.

El nuevo teatro de ópera de Barcelona se inauguró en octubre de 1999 bajo el lema Un Liceo para todos. Pese al incremento de funciones en sus dos primera temporadas con respecto a la época anterior al incendio, la abrumadora demanda ha desbordado todas las previsones. 'La próxima temporada queremos dejar resuelta la crisis de crecimiento creada aumentando el número de abonos hasta 20.000 y dejando localidades para la venta anticipada', dijo ayer Caminal.

'La bohème'

La temporada 2001-2002, que empezará el 4 de septiembre con dos espectáculos de danza a cargo del Ballet de San Francisco, se inaugurará oficialmente el 4 de octubre con una representación, fuera de abono, de la ópera de Puccini La bohème, de la que se ofrecerán 13 funciones más y que se presentará con una producción del Teatro Real de Madrid firmada escénicamente por Giancarlo del Monaco y protagonizada por la soprano María Bayo y el tenor Walter Fraccaro.

La programación lírica, de carácter eclético, sigue la línea adoptada por el teatro en su nueva etapa y mezcla óperas de gran repertorio -con títulos como La traviata, de Verdi; La favorita, de Donizetti, en su versión francesa; Tistán e Isolda, de Wagner, y La flauta mágica, de Mozart- con obras del siglo XX -Gloriana y La zorrita astuta, de Britten, que correrán a cargo de una compañía invitada, la británica Opera North; Katia Kabanova, de Janácek, y Lady Macbeth de Msenk, de Shostakóvich-, óperas poco frecuentes -Enrique VIII, de Saint-Saëns; Orfeo, de Monteverdi, en la producción del Liceo de 1993, con Jordi Savall y sus grupos La Capella Reial de Catalunya y Le Concert des Nations, y La clemenza di Tito, de Mozart-, y la recuperación de patrimonio musical español con la ópera La fattucchiera, del compositor mallorquín Vicenç Cuyàs (1816- 1839), estenada con gran éxito en Barcelona en 1838 y completamente olvidada desde hace 150 años. Ésta es una de las obras líricas más significativas del romanticismo español que el Liceo grabará en disco con motivo de su exhumación.

La fattucchiera, con un inverosímil argumento de una joven que se enamora de un muerto, y La clemenza di Tito son las dos únicas óperas que se ofrecerán en versión de concierto.

Entre los cantantes que participarán en la temporada -algunos de los más destacados del panorama lírico internacional-, destaca la presencia de Montserrat Caballé en una ópera representada, Enrique VIII, 12 años después de su última participación en un ópera escenificada en el Liceo, Cristóbal Colón, de Leornado Balada.

El director artístico, Joan Matabosch, aseguró ayer que el Liceo 'no busca el escándalo con la presentación de puestas en escenas renovadoras, sino que sólo persigue hacer arte', en referencia a la polémica generada el pasado diciembre por la producción de Calixto Bieito de Un ballo in maschera. 'Continuaremos en la misma línea', aseguró, 'aunque se da la circunstancia de que la propuesta escénica más arriesgada corresponde a una ópera poco conocida: Katia Kabanova'.