La prevalencia de lo visual
La falta de conclusiones científicas definitivas sobre la dislexia permite que se sucedan en el tiempo teorías que tratan de explicar su origen. Éstas son las principales hipótesis:
- Neurológica. Atribuye la dislexia a un factor neurológico poco conocido, una diferencia estructural en el cerebro relacionada con el área del lenguaje. Aún no se ha demostrado.
- Cognitiva. Defiende que la dislexia se debe a una dificultad para memorizar y adquirir el conocimiento.
- Temporal. Asegura que los disléxicos necesitan más tiempo que otras personas para procesar la información visual y sonora que reciben.
- Fonológica. Es la teoría más en boga. Define la dislexia como un déficit para entender cualquier información de origen fonológico o lingüístico. Sostiene que a los disléxicos les cuesta entender que la palabra, escrita o hablada, se divide en fonemas y letras, y que éstos, a su vez, se representan e identifican mutuamente.
También se ha empezado a investigar una posible base genética de la dislexia a partir de evidencias de una mayor prevalencia en miembros de una misma familia.
Entre las propuestas recientes destaca, por su originalidad, la del estadounidense Ronald Davis, quien en su libro de 1995 El don de la dislexia (Editex) defiende que no hay que hablar de una disfunción, sino de 'una forma positiva de aprendizaje'. Sugiere Davis, cuyo método es aplicado en varios países a través de centros de franquicia, que los disléxicos son 'seres visuales' cuyo proceso de aprendizaje se estanca en el momento de dar el salto del lenguaje oral al escrito.
Davis define a los disléxicos como seres especialmente dotados para la creación, cuya principal diferencia respecto a otras personas es que piensan en imágenes, y no en palabras. Es decir, que entienden el mundo de otra forma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.