Cientos de magistrados franceses protestan en la calle por la falta de medios y sus problemas con los políticos
Un revuelo de togas negras, entre las que destacaban algunas rojas -el distintivo de los jueces de mayor rango-, agitó ayer la plaza de Vendôme de París cuando alrededor de 500 magistrados, casi el 10% del total, se manifestaron ante el Ministerio de Justicia para denunciar la falta de medios con que cuentan y los problemas ocasionados por la reciente ley de presunción de inocencia, que amplía las garantías del ciudadano frente a la detención y la prisión preventiva, y, por tanto, el número de papeles a estudiar y de decisiones a tomar.
Así, la prisión dictada por un juez instructor tiene que ser aprobada por un segundo magistrado, el juez de las libertades, a menudo extraído de los efectivos disponibles en la jurisdicción civil. Y para aplicar la tutela judicial a los detenidos se ha establecido el procedimiento de que las comisarías comuniquen por fax las detenciones, que durante la noche llegan a despachos vacíos porque no se han duplicado los actuales efectivos.
Francia cuenta con 6.700 magistrados. Los sindicatos lograron reunir casi al 10% de un colectivo tan significado en lo que constituye la primera manifestación de jueces ante el Ministerio de Justicia de París. La reivindicación de medios materiales se mezcla con la tensión generada por la creciente intervención de algunos de ellos en la lucha contra la delincuencia política y económica, llena de decisiones polémicas.
Los manifestantes se enfadaron al saber que la titular de la cartera, Marylise Lebranchu, se había marchado a Finisterre para un acto oficial. Las canciones que dirigieron a la ausente y una de las pancartas aludían al juez Philippe Courroye, 'un totalitario', 'un hombre que supura odio', en palabras de Jean-François Mitterrand, el hijo del ex presidente de la República, a quien aquél encarceló por tres semanas. Antes de salir de viaje, la ministra de Justicia negó que pueda hablarse de una situación mísera cuando se ha previsto la creación de 729 nuevas plazas de magistrados entre 1998 y 2001. Los sindicatos le contestaron que los procedimientos para convocar y proveer esas plazas hacen que una buena parte no estén cubiertas. 'El presupuesto de la justicia en Francia es el más bajo de los países europeos ; esto es indigno del país de los derechos humanos', argumentó Valéry Turcey, presidente de la Unión Sindical de Magistrados, la que cuenta con mayor número de afiliados.
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