_
_
_
_
Entrevista:MAYTE MARTÍN | CANTAORA

'En el extranjero no entienden el flamenco, pero lo disfrutan'

Mayte Martín (Barcelona, 1965) sabe defenderse guitarra en mano. Sin embargo, ha logrado notoriedad gracias a su voz y a su capacidad para interpretar los diferentes palos flamencos, unas virtudes que ha vuelto a mostrar en Querencia (Drac-Virgin), su tercer trabajo. En 1994, puso en circulación su primer disco de flamenco (Muy frágil) y dos años después vio la luz Free boleros, su colaboración con el difunto pianista de jazz Tete Montoliu. Su nuevo repertorio, el 'más evolucionado y maduro', está compuesto por seguiriyas, bulerías, vidalitas, fandangos, malagueñas, cantiñas y peteneras y suena esta noche (20.30) en el Teatro Beñat Etxepare de Vitoria. El toque lo pondrá el guitarrista Juan Ramón Caro.

'Me tomo el tiempo necesario para no dar a la gente más de lo mismo'

Pregunta. Querencia es su segundo disco de flamenco en casi tres lustros de carrera. ¿Por qué se prodiga tan poco en el estudio?

Respuesta. Porque la única razón que me hace meterme en un estudio para grabar es tener algo que decir, y creo que pasa tiempo antes de que puedas decir cosas nuevas en un disco con respecto al anterior. Me tomo el tiempo necesario para no dar a la gente más de lo mismo, porque le tengo mucho respeto al arte, a la música y a lo que hago. Y, bajo mi punto de vista, no hay mucha gente que cuide lo que hace. Como público lamento mucho que no se cuide más el arte.

P. ¿Qué le parece el cartel de estos Encuentros Flamencos de Barakaldo y Vitoria?

R. Me parece atractivo, porque hay un poco de todas las tendencias y estilos, hay para todos los gustos: para la gente que consume un flamenco más tradicional o visceral, a la forma de El Agujetas, y para aquella que le gusta un sonido más actual. Yo misma pienso que hago flamenco clásico, tradicional, porque me dedico a cantar cantes que se han cantado siempre, pero les doy mi rollo, mi forma. Es como una tarea de restauración.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

P. Hasta su vestimenta es inhabitual entre las mujeres flamencas. ¿Es su manera de romper en parte con la tradición?

R. Tampoco es eso, porque yo utilizo el escenario para mostrarme desnuda, natural, no para disfrazarme. Si me vistiera en la forma en que habitualmente se visten las cantaoras, estaría disfrazándome. Y salir al escenario para compartir mentiras con el público no tendría sentido para mí.

P. Asegura que el flamenco es su origen, no su yugo. ¿Piensa que el flamenco necesita modernizarse?

R. Creo que la gente se va a extremos. Hay un movimiento como muy conservador, que no admite ningún modernismo ni que se mueva nada, y después hay todo lo contrario, gente que todo su empeño es ser original, salirse de lo establecido. Ni una cosa ni la otra me parece interesante. Creo que el equilibrio es lo bonito.

P. Su audacia la llevó a girar y a grabar boleros junto a Tete Montoliu. ¿Cómo recuerda la experiencia?

R. Fue muy bonita porque me llevó por caminos distintos y me enseñó cosas distintas. Su lenguaje musical era el jazz y me enseñó otras formas de expresión. Si eres receptivo y hay sensibilidad, todo lo que oyes te influye, y la verdad es que a mí me interesa todo y he escuchado todo lo que he podido para que se haga una mezcla dentro de mí. En todos los estilos hay secretos.

P. Canta mucho en el extranjero. ¿Entienden allí el flamenco, saben apreciarlo?

R. No, entenderlo no lo entienden, pero lo disfrutan y hay una cultura musical. Si el flamenco es bueno y está bien hecho, eso es apreciable por cualquiera que tenga una sensibilidad y una educación musical. Aunque no lo entiendan específicamente, aunque no comprendan los palos ni los estilos, son perfectamente capaces de saber cuándo un artista está vendiendo el pescao y cuándo está haciendo las cosas bien. Y es que el flamenco le puede molar a todo el mundo, no sólo a los andaluces.

P. ¿Su principal referente continúa siendo La Niña de los Peines?

R. Por supuesto. Nadie puede hacerle sombra.

P. ¿En lo musical, tiene aspiraciones más allá de las cifras de ventas?

R. Me gustaría vender muchos discos, pero mi meta no es ésa y tengo muy claro que siempre voy a hacer las cosas como yo creo que las tengo que hacer. Nunca voy a hacer nada pensando en vender más discos ni nada de eso.

P. ¿Qué proyectos tiene?

R. Lo próximo que voy a hacer es un disco de baladas, canciones de amor compuestas todas por mí e interpretadas solamente con un quinteto de cuerda y guitarra. Hace varios años que lo tengo en mente, y en este momento no me apetece hacer otro disco de flamenco. Es como si en Querencias hubiese soltado seis años de experiencias, cierta madurez artística y vivencias. Entonces, necesitaré un tiempo para decir algo en el flamenco que no sea lo que ya he dicho en este disco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_