Las empresas de Silicon Valley amenazan con marcharse si siguen los cortes de luz
Las empresas de alta tecnología, espina dorsal de la economía californiana, son grandes consumidoras de electricidad. Muchas de ellas, en particular las grandes, tienen sistemas alternativos para mantener constante un suministro que, de fallar, supondría cientos de millones de dólares en pérdidas. El jueves (segundo día consecutivo de apagones) 80 miembros de los 200 del Grupo de Fabricantes del Silicon Valley se reunieron para analizar la situación. Carl Guardino, presidente del grupo, tenía datos parciales del coste de los apagones, que en algunos casos del miércoles evaluaba en 'decenas de millones de dólares'.
Varias empresas de alta tecnología han cancelado o congelado sus planes de inversión en California y, aunque en la reunión no se habló de abandonar el Estado, Guardino reveló que responsables de algunas firmas estaban considerando en serio planes para marcharse si no hay soluciones creíbles. 'No es una amenaza', dijo Guardino. 'Es la realidad del negocio'.
De todas formas, las empresas de Silicon Valley reconocieron que consumidores y pequeños comercios les acusan de ser grandes devoradores de energía, y de que esto es una de las causas de la crisis. Por ello, Guardino anunció que el Grupo de Fabricantes de Silicon Valley se compromete a reducir su consumo un 10% en los próximos dos años.
Una ley especial
George W. Bush, interrogado en varios medios sobre si tiene ideas para esta crisis, ha declarado que corresponde a California encontrarlas. Y, en un intento de garantizar el suministro de luz, los parlamentarios californianos aprobaron casi en la medianoche del jueves la ley que permite dedicar 400 millones de dólares (71.000 millones de pesetas) para la adquisición de electricidad a las compañías generadoras. Esa electricidad será luego pasada a las distribuidoras, que tienen problemas para adquirirla por la desconfianza que suscita a las vendedoras su precaria situación financiera, cargada con 12.000 millones de dólares (2,12 billones de pesetas), deudas que crecen cada día.
'A nadie le gusta tener que adoptar una ley así, pero es la menos mala de las opciones', declaró en la Cámara Fred Keely, encargado de sacar adelante la medida. El gobernador, Gray Davis, había pedido el día anterior 500 millones y los expertos calculan que dos semanas de suministro -el plazo que se han dado los parlamentarios para intervenir y ganar tiempo en las negociaciones en marcha entre los implicados en búsqueda de una solución- supondrían 900 millones de dólares (unos 157.000 millones de pesetas).
La crisis es fruto de una desregulación del sector que ató las manos a las compañías distribuidoras, que no pueden aplicar a los consumidores las tarifas que les cargan las generadoras. A esa circunstancia capital se unen otras, como el exceso de demanda producido por seis nuevos millones de californianos llegados en la última década atraídos por una economía disparada, el desarrollo de Internet y Silicon Valley.
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