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Visto para sentencia el juicio por prostitución de 10 suramericanas

La Audiencia de Pamplona dejó ayer visto para sentencia el juicio contra el industrial Adolfo Labarga Bailo y su compañera, Juana Urdániz, para quienes la Fiscalía pide 133 y 106 años de prisión, respectivamente, por delitos de prostitución, detención ilegal, abusos sexuales y contra los derechos de los trabajadores.

Tanto la fiscal como las acusaciones particular y popular consideran probado que Labarga engaño a nueve jóvenes venezolanas y una colombiana y les obligó a ejercer la prostitución en el club de alterne JJ, que regentaba en la localidad navarra de Buñuel, todo ello con la cooperación necesaria de su compañera.

Las jóvenes llegaban a los aeropuertos de Barcelona y Bilbao, donde Labarga acudía a recogerlas personalmente. El acusado les retiraba inmediatamente el pasaporte y los mil dólares (unas 176.000 pesetas al cambio actual) que la red les entregaba en sus países de origen y, según el testimonio de nueve de las diez afectadas, abusaba de ellas sexualmente bajo amenazas. Además, obligaba a las mujeres a permanecer recluidas en el prostíbulo, bajo vigilancia, durante meses sin poder salir a la calle hasta que no habían pagado la deuda contraída con él.

La fiscal señaló en su informe final que 'las condiciones en las que La quinta y última sesión del juicio, en el que algunas de las víctimas han reiterado sus acusaciones iniciales, se inició con una concentración de mujeres ante el Palacio de Justicia de Navarra.

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