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Laura Mañá y Javier Corcuera compiten con sus películas en el Festival de Sundance, que comienza hoy

Largometrajes digitales, películas de cada vez mayor presupuesto y, como siempre, cine independiente se dan de nuevo cita, desde hoy hasta el día 28, en el Festival de Cine de Sundance, la diminuta estación de esquí de Utah donde productores y jóvenes cineastas hablan de arte y, sobre todo, de negocios. El que empezó como un encuentro entre colegas, con Robert Redford como padrino, y que ahora se ha convertido en uno de los principales certámenes de Estados Unidos, cuenta este año con dos aportaciones españolas: Sexo por compasión, de Laura Mañá, que inauguró el Festival del Cine Español de Nueva York, el pasado diciembre, y La espalda del mundo, de Javier Corcuera, producida por Elías Querejeta.

Con los festivales de Los Ángeles y Toronto, Sundance es la principal lanzadera para autores desconocidos, películas extranjeras que optan al mercado estadounidense y obras que no han sido producidas por Hollywood. Su reciente popularidad le ha planteado al festival algunos problemas de definición. 'El mundo del cine independiente está luchando para encontrar una definición de la palabra independiente', comentaba hace unos días su director, Geoffrey Gilmore.

Las películas de este año rebasan tranquilamente el presupuesto de una película considerada minoritaria, y en el caso de uno de sus más esperados estrenos, Donnie Darko, una historia sobre la peculiar vida de los suburbios norteamericanos, incluye incluso elementos no muy 'independientes' como animación y costosos efectos especiales. De hecho, el dinero ya no es un criterio desde que en 1999 El proyecto de la bruja Blair, que pasó sin pena ni gloria por el festival, se convirtió en la película más rentable de la historia del cine, al recaudar 140 millones de dólares después de haber costado tan sólo 600.000.

Sundance mantiene cada vez más relaciones con el cine considerado más comercial. Es el caso de Danny Glover (Arma letal), que produce e interpreta 3.Am, una película que se centra en los problemas de la comunidad afroamericana, un tema particularmente presente en esta edición, o de Drew Barrymore (Los ángeles de Charlie), que cumple las mismas funciones en Donnie Darko, por sólo mencionar a algunos.

Al otro lado del espectro está el cine digital, barato y en ocasiones innovador, que ha entrado con fuerza. Este año se han presentado el doble de películas digitales que el anterior, de 125 se ha pasado a 300. Al final sólo han quedado seleccionadas 25. El festival también tendrá su edición en Internet, el Sundance Online Festival, a lo largo del mes de febrero.

La edición se inaugurará con Invisible circus, un largometraje de Adam Brooks, interpretado por Cameron Diaz, sobre las relaciones entre dos hermanas. El festival debía empezar por un largometraje producido por Jodie Foster, The dangerous lives of altar boys, un complejo montaje que mezcla acción real y animación, pero se retiró porque aparentemente no estaba lista.

Entre las películas que más interés han despertado figuran dos peculiares musicales, American astronaut, que trata de viajes interplanetarios, y la adaptación cinematográfica de un reciente éxito del Off-Broadway, Hedwig and the angry inch, una ópera rock sobre un transexual alemán. También se espera el estreno de In the bedroom, sobre tragedias familiares, con Marisa Tomei y Sissy Spacek; The believer, del guionista Henry Bean, donde Billy Zane es un joven judío que se convierte en un neonazi, o The deep end, de Scott McGehee y David Siegel, que cuenta la historia de una madre que oculta el cadáver del amante de su hijo.

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