_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Locura

Esta es la primera columna que escribo para este diario desde mi nueva casa en Alicante. Y no puedo resistirme a confesar el placer que supone levantar la vista del teclado y encantarme con el castillo de Santa Bárbara, iluminado y flotante sobre la ciudad, y la lámina plateada y oscura del mar con Tabarca marcando el horizonte como un buque varado. Parece mentira que la literatura dé para estas cosas. Pero lo cierto es que la literatura, el arte mismo, a veces da para tanto que se inmiscuye en la realidad y la trasforma a su antojo sin que nos demos cuenta. Tomen nota de un ejemplo práctico con sólo mirar las portadas de la prensa de esta semana. El martes mismo casi todos los periódicos abrían fuego con la fotografía de centenares de vacas apiladas junto a una incineradora de Ourense. No me negarán que la imagen no parece robada de algún verso de Poeta en Nueva York (de ese Lorca de los rascacielos y las multiplicaciones), del fotograma de una de las primeras películas de Buñuel o del cualquier texto del más puro surrealismo firmado por Breton o Tristán Tzara. Ya sé que la cosa no es para tomársela a broma, pero tampoco deja de ser cierto que la dichosa enfermedad de las reses locas (encefalopatía espongiforme bovina o EEB) tiene tanto de desgracia como de onírico. Si yo fuera Carlos del Álamo, consejero de Medio Ambiente del gobierno gallego, además de buscar soluciones mucho más prácticas al indiscriminado sacrificio de las vacas y a la vulneración de las normas contra la salud pública almacenando animales muertos al aire libre, contrataría a un notario que supiera tanto de versos como de leyes para que diera cuenta abundante de toda esta locura. Y no es cuestión de embadurnarse con lamentos y de andar mortificándonos con la causa que ha provocado todo este desmadre. El pienso adulterado ya no tiene remedio y lo que procede es obrar con la cabeza y aprovechar el caudal de irracionalidad que se nos ha venido encima para hacer arte de esta amplia necrológica. Por ejemplo: 'Todos los día se matan en Galicia / dos centenares de vacas / que dejan los cielos hechos añicos'. Pero esto sería plagiar descaradamente a Lorca y como broma ya vale.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_