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Reportaje:NBA | BALONCESTO

'Rookie' por un rebote afortunado

Marc Jackson, obligado a irse del Lobos por los problemas económicos del club cántabro, triunfa ahora con los Warriors

Marc Jackson, tras su etapa en el Lobos Cantabria, ha dado el primer paso para convertirse en el rookie (novato) del año en la NBA. Hace unos días, el pívot de Golden State Warriors fue elegido rookie de diciembre. Su club puso a su disposición un chat para que recibiera las felicitaciones. Varias procedían de España, le recordaban su etapa en la ACB y le pedían opinión sobre si consideraban la Liga española la segunda mejor del mundo. Su respuesta fue afirmativa. Aún tenía presentes sus dos años en el Lobos. Y es que hasta hace pocos meses paseaba por Torrelavega a sus perros pitbulls. 'Es extraño que un jugador estadounidense se integre tan bien en una ciudad tan pequeña. Estaba como en su casa', dice Daniel García, su entrenador la pasada campaña.

Quizá de no mediar los problemas económicos que a punto estuvieron de dejar al Lobos sin su plaza en la ACB Jackson pasearía aún por Torrelavega. Se convirtió en el reactivo, llegó con el equipo casi desahuciado y se salvó. Cómo de a gusto se sentiría este baloncestista, de 25 años, 208 centímetros de estatura y 122 kilos de peso, a pocos kilómetros del mar Cantábrico que se mostró dispuesto a firmar un contrato de ocho años. Pero la quiebra a la que se veía abocado el Lobos hizo que sus directivos facilitaran la salida a quien acabó como el cuarto anotador de la ACB, con promedios cercanos a los 20 puntos. García le define así: 'Técnicamente, un bombazo. Buenos movimientos en el poste bajo y buena mano en posiciones abiertas'.

A partir de ese momento surgieron los rumores sobre el interés de varios equipos en ficharle: el Tau, el Pamesa, el Unicaja, el Real Madrid... Al final, nada. 'Hay cosas que no se entienden. Si voy a otro equipo, al primero que ficho es a Jackson. Para marcar diferencias es el mejor', sentencia García. Pero los sueños de Jackson se encontraban ya lejos de Vitoria, Valencia, Málaga o Madrid. A varias horas de vuelo, en la bahía de Auckland, le aguardaba el reto de la NBA. Tres años antes no había podido ver cumplido su sueño de coincidir en la cancha con dos de sus ídolos: Karl Malone y Shaquille O'Neal. Había sido elegido por el Golden State Warriors como el 38 en la segunda ronda del draft de 1997 tras una notable actuación en sus tres años en la Universidad, dos bajo la tutela de John Chaney. Sin embargo, Jackson tuvo que marcharse a Turquía para recalar luego en el Lobos. 'Pero se veía capaz de jugar en la NBA', resalta Alberto Miguel un ex compañero.

Su segunda oportunidad sí está resultando provechosa. El pasado 2 de octubre consiguió que los Warriors le hicieran un contrato por una temporada. Su sueldo, 317.000 dólares (unos 58 millones de pesetas), la mitad de lo que le llegaron a ofrecer en Europa. En principio, su papel era de lo más secundario: el número 12, sin apenas ocasión de salir a la pista salvo paliza asegurada al rival. Así, en siete de los 16 primeros partidos se quedó en blanco.

Pero muchas veces las grandes historias comienzan por las casualidades. Eso sucedió con Jackson, quien en pocos días se tornó titular. Dave Cowens, el técnico, vio cómo se lesionaban sus jugadores interiores: Fortson, Mills, Dampier y Foyle. En definitiva, Jackson hizo el 8 de diciembre su primera aparición en el cinco inicial ante el Toronto: 11 puntos y seis rebotes. Al día siguiente cumplió un sueño al enfrentarse al Utah y coincidir con Malone.

Desde entonces sus estadísticas han mejorado: 26 puntos y diez rebotes ante el Miami; 31 y diez contra el Minnesota. Flip Saunders, el entrenador de los Wolves, le calificó esa noche como favorito para rookie del año. Diciembre lo finalizó con unos promedios de 15,3 puntos y 7,9 rebotes y fue proclamado el mejor novato del mes.

La duda que se plantea ahora es saber qué pasará cuando Cowens recupere a sus lesionados: ¿Contará con Jackson o con los más contrastados? Él ya ha declarado que es posible que juegue menos y que lo que quiere es jugar mucho. Si ha de volver a Europa, no le importaría. Quizá vuelva a pasear con sus pitbulls por Torrelavega.

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