La desunión marca la nueva etapa de la Cámara de Comercio de Córdoba

La Cámara de Comercio de Córdoba aborda una etapa de transición tras la dimisión de su presidente, en una crisis que todavía no ha quedado cerrada y que ha puesto de relieve las diferencias entre dirigentes empresariales cordobeses. La institución eligió el viernes como presidente al responsable de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), Luis Carreto, que de entrada parece tener en contra a la mayor parte de los miembros que integran el comité ejecutivo de este organismo, que en la víspera intentaron que uno de los suyos presentara una candidatura para disputarle el sillón de la Cámara.

Este grupo achaca a Carreto haberse desmarcado de su opinión mayoritaria, de dejar correr el escalafón durante el periodo transitorio y permitir que el vicepresidente primero, Juan Machín, accediera al cargo, y le reprocha que no respaldara al equipo directivo en los momentos de crisis y polémica vividos por su predecesor. Carreto, único candidato, fue elegido por proclamación, ya que el grupo opositor no consiguió presentar alternativa.

Luis Carreto, presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción y reelegido en mayo pasado presidente de CECO, ocupa así la vacante que dejó el presidente de la Asociación de Joyeros y Plateros de Córdoba, José Adame, que renunció al cargo en diciembre 'porque no le dedicaba el tiempo suficiente' a la entidad, ya que quiere centrarse en el proyecto de construcción del Parque Joyero de la ciudad, para el que ha sido recientemente reelegido presidente, también tras una situación de polémica entre los empresarios adscritos al proyecto.

Retos

La nueva etapa de esta institución cameral nace, pues, con la desunión entre los empresarios que forman el comité ejecutivo. El inicio de este nuevo periodo no logra cerrar la crisis abierta en esta institución desde que se propuso la reforma de su reglamento, que pretende modernizar la institución y resta poderes al secretario general. Este reglamento necesitó de dos plenos para salir adelante -en el segundo se aceptaron varias alegaciones tendentes a reforzar las competencias del pleno-, y su entrada en vigor depende todavía del dictamen de la Junta.

Carreto tiene ante sí el reto de poner orden dentro y fuera de la casa. Dentro, porque la oposición del secretario general de la Cámara a la reforma ha pesado en el malestar de los últimos meses y fuera porque la institución ha sido el crisol en el que convergen discrepancias de dirigentes empresariales que afectan a asuntos externos a la misma. Un ejemplo es el futuro recinto ferial de la ciudad, para el que la Asociación de Joyeros había reservado un terreno anejo al previsto Parque Joyero, con aparente respaldo de las instituciones, aunque el futuro PGOU hace reserva de suelo en otro punto, lo que generará un nuevo debate. La Cámara, que preside la Institución Ferial de Córdoba, tendrá mucho que decir al respecto.