El pasado, ¡presente!
IU pide la retirada de un cartel promocional del taxi con un hito franquista como emblema de Madrid
'Franquismo residual'. Así define Julio Misiego, concejal del grupo municipal de la coalición Izquierda Unida, el cartel empleado por el Ayuntamiento de Madrid, Rama de Atención Social, Policía Municipal y Movilidad Urbana, para promocionar los taxis madrileños mediante una campaña de imagen.
El cartel, que en forma de pegatina exhiben ya numerosos taxis de la ciudad para dar la bienvenida a turistas y visitantes, sitúa bajo las Torres de KIO, en la plaza de Castilla, el monumento con forma de espada izada, edificado en 1959 en hormigón armado por el arquitecto Manuel Manzano Monix y esculpido en granito de Guadarrama y piedra blanca de Colmenar por el escultor Carlos Ferreira de la Torre, dedicado a José Calvo Sotelo.
Este economista y jurista, diputado a Cortes, llegó a ser ministro de Hacienda. Considerado por la izquierda como de ideología próxima a la extrema derecha, su muerte a manos de guardias de Asalto, el 13 de julio de 1936, fue invocada por el general Francisco Franco como coartada inmediata para su alzamiento contra el Gobierno de la República, el 18 de julio de aquel año, levantamiento que dio origen a la guerra civil. Franco llamaba protomártir a José Calvo Sotelo.
'El emblema elegido para esta campaña del taxi no representa a esta ciudad', dice Misiego. 'Hay otros mil verdaderos símbolos de Madrid, desde la propia fuente de Cibeles hasta la Puerta de Alcalá y, sin embargo, han tenido que elegir el mismo que en junio de 1990 la izquierda trató y consiguió desplazar del centro de la emblemática plaza de Castilla hasta un extremo', añade. La estatua, que ocupaba el centro de la plaza, fue desmontada en sus 1.550 piezas y derivada hasta el extremo meridional de la rotonda, para ser enclavada encima de la bocana de los túneles que la cruzan.
Por su parte, María Tardón, concejal del área responsable de la campaña, contesta que 'todos los años, el gremio del taxi elige un cartel de esta naturaleza para acompañar a sus tarifas'. 'Este emblema pasó por la comisión gremial y nadie nos dijo nada', recuerda la concejal. 'No obstante, como pensamos que era un emblema representativo de la ciudad, sobre todo de la zona más moderna, pero nadie quiere convertirlo en algo hiriente', advierte, 'en la segunda edición que suele hacerse de esta cartelería estamos dispuestos a suprimir aquello que pueda ofender'.
El concejal de Izquierda Unida continúa: 'No puedo asegurar que se trate de algo hecho a conciencia, pero incluso inconscientemente, el cartel hiere, resulta extemporáneo y fuera de lugar'. Y dice aún: 'No pienso que María Tardón (concejal independiente elegida en las listas del Partido Popular), responsable de la concejalía promotora, haya supervisado esta campaña, porque creo que ella hubiera retirado el cartel; pero', añade.
'Creo que es responsable política de lo que su departamento emite, promociona o publica', señala Misiego. 'Mientras estas cosas suceden, en IU tenemos que oír al alcalde, un día sí y otro también, darnos largas cuando le pedimos un hito urbano que evoque la figura de Dolores Ibárruri. Siempre nos dice: 'Aún no se han cerrado del todo las heridas de la guerra civil y ello podría ser considerado como algo hiriente'', señala.
La estatua que ha generado la controversia, en el proyecto original de 1959, iba a ser únicamente un monolito, pero fue alterado y sustituido por una efigie del prócer derechista rompiendo una cadena frente a la quilla de un barco, de 18 metros de altura, en el centro de media circunferencia de árboles, todo ello en piedra y caliza, con un perímetro asolado de 1.925 metros cuadrados. Mañana, lunes, en la Comisión Informativa que precede al pleno municipal, Izquierda Unida anuncia que pedirá la retirada del cartel y la sustitución de este símbolo, que considera retador, por otro 'representativo y pacífico' de la ciudad de Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.