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Nadal afirma que el Gobierno de Pujol se descompone y el PP habla de situación patética

Enric Company

Espectáculo 'patético', inútil intento de 'maquillaje', inaceptable 'partidismo'. Los partidos de la oposición juzgaron ayer severamente la incapacidad de Jordi Pujol de aupar a Artur Mas en su propio Gobierno sin provocar una crisis con sus aliados de Unió. El portavoz del primer grupo parlamentario de la oposición, el socialista Joaquim Nadal, afirmó que las maniobras para preparar a un nuevo líder electoral de CiU son 'un mero maquillaje' y que este Gobierno, al que consideran el peor de todos los que ha formado Pujol, ha entrado en 'fase de descomposición'.

Revestir a Mas de 'oropeles sin chicha' no resolverá el problema de falta de empuje político que padece, a juicio de Nadal. Pujol ha concentrado en Mas responsabilidades con importante proyección política, como la cartera de Economía, la condición de portavoz del Gobierno catalán y la secretaría general de su partido, Convergència Democràtica. Que después de todo esto se vea obligado ahora a crear para él la figura del conseller en cap significa, según Nadal, que el designado como heredero 'no despega'.

Ésta es la interpretación contraria a la que hace CiU. Los nacionalistas ven los sucesivos nombramientos con que Pujol ha obsequiado a Mas como una progresión, en particular frente a su rival democristiano Josep Antoni Duran Lleida. En cambio, los socialistas juzgan cada uno de estos nombramientos como la demostración de la insuficiencia del anterior. Al final, sostiene Nadal, 'no es más que una operación de maquillaje'.

Pero si la opinión de los opositores no es nada lisonjera, no es más amable la de los aliados que garantizan la estabilidad parlamentaria del Gobierno de Pujol. Quien calificó como 'patética' la situación en que se halla CiU fue el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz. El dirigente conservador recriminó a sus aliados nacionalistas que estén 'más pendientes de intereses políticos personales y de la sucesión de Pujol' que de sus responsabilidaedes de gobierno.

El PP destacó ayer, como viene haciendo reiteradamente en los últimos meses, que las dificultades del Gobierno de Convergència no proceden principalmente de factores políticos externos sino de que 'hay una crisis en el seno de CiU'. Fernández Díaz pidió a Pujol que si tiene que hacer una reestructuración del Gobierno catalán lo haga en función de intereses generales 'y no de intereses de partido o personales de algunos consejeros, por muy legítimos que sean'.

A todo ello se añaden además las dudas acerca del alcance real que vaya a tener la creación de la figura del conseller en cap. El portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Parlament, Josep Huguet, manifestó que 'no es creíble' que tras 21 años de ejercer la presidencia de la Generalitat 'de forma personalista' y de haber demostrado una constante voluntad de controlar de cerca las actividades de todos los departamentos, Pujol utilice la fórmula del conseller en cap para 'entronizar a su heredero'. Huguet advirtió de que el cargo de conseller en cap nacerá 'devaluado' si lo crean sólo para reforzar el delfinato de Mas.

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El presidente de Iniciativa-Verds, Joan Saura, valoró también la reestructuración del Gobierno de Pujol como una maniobra de interés estrictamente partidista. Iniciativa llamó la atención sobre el hecho de que Pujol haya tenido que hacer pública la reestructuración 'sin haberla pactado previamente' con sus socios de Unió. Lo que muestra la profunda crisis de la coalición.

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