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Columna
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Apretujados en el burladero azul

El azaroso encadenamiento de cuatro situaciones conflictivas que afectan a los intereses inmediatos de los ciudadanos y a sus preocupaciones cotidianas no ha tenido la respuesta que cabía esperar del engallado Gobierno del PP, que saborea aún las mieles de la mayoría absoluta. Las tardanzas y las insuficiencias mostradas por Aznar y sus ministros a la hora de adoptar las medidas preventivas necesarias y de suministrar las informaciones suficientes sobre el Tireless, las vacas locas, el síndrome de los Balcanes y la muerte en Lorca de doce inmigrantes ecuatorianos resultan agravadas por el descaro con que tratan de sacarse de encima las pulgas y exportar hacia otros sus responsabilidades.

El submarino británico de propulsión nuclear Tireless, que había sufrido fugas en el sistema de refrigeración de su reactor mientras navegaba por el Mediterráneo oriental, permanece amarrado desde mayo en el puerto de Gibraltar a la espera de una reparación que se demora indefinidamente. Si las patosas bromas de Aznar -formando dúo con Blair- sobre el Submarino amarillo de los Beatles sólo consiguieron irritar a la opinión pública, la secuencia de declaraciones contradictorias del presidente del Gobierno y de sus ministros de Defensa y Asuntos Exteriores sobre la conveniencia y la posibilidad de un inmediato traslado del Tireless a Gran Bretaña ha elevado aún mas el nivel de desconcierto.

La aparición en España de los primeros casos de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) de las vacas locas, epidemia que ha causado en Gran Bretaña la muerte de 85 personas, también ha sorprendido al Gobierno con la guardia baja. Las histéricas prisas de la ministra de Sanidad para quitarse los muertos de encima en la eventualidad de que se produzcan le han llevado al cobarde recurso de esconderse bajo la mesa de las competencias administrativas compartidas y al patético intento de tratar a las ciudadanas como marujas, a las que ha obsequiado con la receta de un sabroso caldo y con el consejo de no adquirir carne a precio de ganga. El ministro de Agricultura, famoso ya por su testicular compromiso de imponer a las Cortes el Plan Hidrológico, olvidó adoptar a tiempo las medidas preventivas y de control que la difusión de la epidemia en varios países europeos (entre otros Francia y Portugal) requerirían de un Gobierno responsable: desde el suministro de tests priónicos hasta la existencia de laboratorios y hornos crematorios suficientes, pasando por la coordinación con las demás Administraciones.

Los esfuerzos del ministro de Defensa por tranquilizar a los 32.000 soldados españoles enviados en su día a misiones en la antigua Yugoslavia respecto a los eventuales efectos cancerígenos de los bombardeos de la OTAN también llegan demasiado tarde. El accidente de Lorca, que ha costado la vida a doce ecuatorianos sin papeles transportados como ganado y tratados como siervos por empresarios explotadores de su desgracia, pone en evidencia la ineficacia del Gobierno en la persecución de las mafias dedicadas al inhumano tráfico de inmigrantes irregulares; la tarea de descargar sobre terceros las responsabilidades gubernamentales corre en este caso a cargo del portavoz oficioso de Aznar, el periodista Pedro J. Ramírez, que ha tenido la osadía de atribuir la tragedia murciana a 'la maldición del efecto llamada ' y la desfachatez de culpar al PSOE de 'ser en buena parte responsable del desaguisado del último bienio', esto es, la política de inmigración realizada desde el poder por el PP.

Así como las cuadrillas incapaces de llevar la lidia se meten dentro del burladero para ocultar su miedo y se encaran con el público para responder a sus abucheos, así Aznar y los ministros concernidos en estos cuatro asuntos buscan refugio en la soledad del banco azul para no enfrentarse con las interpelaciones de la Cámara y con las protestas de los ciudadanos. Las desgracias nunca vienen solas: tras la resolución sobre el indulto de Liaño adoptada anteayer por el Supremo, que ha negado al Poder Ejecutivo la capacidad de subrogarse en las competencias del Poder Judicial, el ministro de Justicia también deberá apretujarse en el burladero.

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