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El Banco de España aconseja una fusión a Caja Carlet desde 1992 para asegurar su futuro

El Banco de España recomendaba desde 1992 que Caja Carlet iniciara un proceso de fusión, un consejo que nueve años después se ve obligada a seguir. El director de la entidad, Alberto Miralles, explicó ayer los intentos de los equipos directivos para solucionar la situación económica de Caja Carlet sin recurrir a la absorción a la que ahora están abocados. Miralles evitó precisar la entidad con la que negocian la absorción, pero precisó que el acuerdo se concretará en 10 días. La necesidad de tomar esta decisión da ventaja a Bancaixa en la negociación de absorción de Caja Carlet.

El director general de Caja Carlet, Alberto Miralles y el presidente de la entidad, José Cortés, definieron ayer el proceso de absorción al que se enfrenta la entidad de 'imprescindible, y como la 'única opción de futuro para la caja de La Ribera. Una urgencia que pone en posición de debilidad a Caja Carlet en su negociación con Bancaixa.

Alberto Miralles, manifestó que el Banco de España dudaba desde 1992 de las posibilidades de que Caja Carlet continuara 'como entidad independiente a largo plazo'. Una recomendación que finalmente fue atendida por el consejo de administración de Caja Carlet, que decidió 'por unanimidad' el 20 de diciembre seguir las recomendaciones del banco emisor 'de ir a un proceso de fusión'. La decisión fue tomada tras conocerse la última inspección del Banco de España, en la que se obliga a Caja Carlet a realizar unos ajustes contables de 173 millones de pesetas por concentración de riesgo o contabilizaciones erróneas. Estos ajustes, provisionales hasta que el banco emisor cierre el expediente, se periodificarán tras la fusión, según Cortés.

A pesar de que las recomendaciones del Banco de España se iniciaron hace casi una década, y de los planes de actuación con los que los distintos equipos directivos han intentado solucionar la situación económica de Caja Carlet, ésta se ha deteriorado en los últimos ejercicios. En 1999 la entidad contabilizó 178 millones de pesetas de beneficios, un 20% menos que en 1998. Una caída que continuó durante el año 2000, ya que según Alberto Miralles en junio los beneficios eran de 13 millones de pesetas 'y seguramente cerraremos el año sobre 80 millones de beneficios'. La entidad tiene 16 oficinas y 83 empleados.

Miralles y Cortés, evitaron concretar el nombre de la entidad con la que están negociando la absorción. Los responsables de Caja Carlet se mostraron convencidos de que el proceso se concretará en unos 10 días. El acuerdo deberá ser aprobado posteriormente por la asamblea general de la caja. Miralles se mostró confiado en que en esta ocasión la Asamblea votará 'con la cabeza' y aprobará la fusión. La asamblea se convocará en un mes.

Bancaixa ya intentó, en 1989 y 1993, fusionarse con Caja Carlet, sin que las operaciones llegaran a materializarse. En 1989 la asamblea de la caja de La Ribera rechazó su integración en Bancaixa y el segundo intento tampoco acabó en acuerdo. Esta situación ha creado malestar en Bancaixa y ha forzado a Caja Carlet a tomar la inciativa en la negociación.

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En su repaso de los acontecimientos que han llevado a Caja Carlet a la situación actual, Miralles recordó la expansión iniciada por el anterior equipo directivo, que generó mayor volumen de negocio pero incrementó los gastos. El director también subrayó que en los últimos años se han realizado 'elevadas dotaciones' a la Obra Benéfico Social (OBS) pero 'no para afrontar ciclos económicos menos favorables'. Éste es el caso del vivero de empresas La Trilladora, ahora paralizado, y en el que se han invertido 250 millones de pesetas. Miralles lo definió como 'un buen proyecto socialmente hablando pero quizás desmesurado para el tamaño de la entidad'. El director también se refirió a la inversión en el Hospital de Alzira, del que tiene el 15% de las acciones, y aunque matizó que sus pérdidas no han sido determinantes para la situación de la caja, reconoció que la entidad no debería haber entrado en igualdad con las cajas grandes. Bancaixa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) tienen un 15% cada una en el hospital.

Los responsables de Caja Carlet aseguraron que con la fusión los trabajadores consolidarán su empleo, los clientes tendrán 'acceso a una entidad puntera' y la OBS 'se consolidará y quedará fuera de eventualidades'.

Aunque en la negociación de 1989 Caja Carlet pedía 500 millones de pesetas para OBS y en el 94-95 la cifra ascendió a 800 millones, es poco probable que la cifra supere su actual presupuesto, que ronda los 100 millones. Bancaixa destinó el año pasado unos 4.000 millones de pesetas a OBS, según fuentes del sector. La dotación que reciba Caja Carlet se situará previsiblemente en un ámbito parecido a las otras cajas fusionadas por Bancaixa, Caja Sagunto y Caja Segorbe, que recibieron 100 millones y 60 millones respectivamente el año pasado.

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