Cuando duele todo el cuerpo
La fibromialgia es una alteración del mecanismo que regula el dolor
Dolor en múltiples localizaciones del cuerpo y cansancio generalizado son los síntomas más comunes de la fibromialgia, una enfermedad reumática relativamente frecuente (2,3% de la población), que afecta sobre todo a las mujeres (4,2%, frente a un 0,2% de los hombres). Se estima que entre 800.000 y 1,4 millones de españoles sufren este reumatismo, de causa desconocida, que puede aparecer tras situaciones estresantes y traumáticas.
Los últimos estudios sugieren que en la fibromialgia se produce un trastorno en los mecanismos de regulación del dolor y existe una alteración de los niveles de serotonina, un neurotransmisor implicado en el control del dolor y del sueño y en numerosos procesos mediados por el cerebro. Profundamente desconocida y mal comprendida hasta hace poco, según los pacientes, no ha sido hasta la década de los noventa cuando la Organización Mundial de la Salud ha reconocido esta enfermedad como tal.
La frase 'me duele todo' es una de las primeras quejas que el paciente refiere al médico. Se trata de un dolor difuso, habitualmente generalizado, y que a veces se intensifica en las partes del cuerpo que más se utilizan (cuello, hombro, columna, pies). Con frecuencia, los síntomas varían en relación con la hora del día, la actividad, el estrés, la falta de sueño y los cambios climáticos. A menudo aparecen también cansancio, espasmos y rigidez muscular, sensación de hormigueo (sobre todo en las manos), alteraciones del sueño, jaqueca, colon irritable, dolores menstruales, ansiedad y depresión.
El impacto de la enfermedad en la calidad de vida de los afectados es muy variable. Mientras en unas personas el dolor puede ser lo suficientemente intenso como para repercutir gravemente en las tareas cotidianas, en otras sólo supone una ligera incomodidad.
'Se han descrito casos que debutan después de enfermedades infecciosas, accidentes de tráfico, divorcios, problemas con los hijos... Todas son situaciones de estrés, físico o emocional, que actúan como desencadenantes en personas predispuestas', afirma Emilio Martín Mola, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Según este reumatólogo, las investigaciones se han dirigido a estudiar lesiones musculares, alteraciones inmunológicas, trastornos hormonales, problemas psicológicos y disfunciones en los mecanismos protectores del dolor. 'Se han hallado en el sistema nervioso central', dice, 'niveles bajos de algunos neurotransmisores, principalmente de serotonina. La gran diferencia epidemiológica que existe por sexos, puesto que aproximadamente de cada 10 pacientes nueve son mujeres, sugiere que pudiera haber implicaciones hormonales, pero hasta el momento no ha podido confirmarse nada'.
Para Martín Mola, el diagnóstico es exclusivamente clínico -es decir, según los síntomas-, ya que 'las pruebas analíticas y radiológicas son normales en estos pacientes y no son necesarias otras técnicas de imagen, como el escáner o la resonancia magnética'.
Desde 1990, y gracias a los criterios establecidos por el American College of Rheumatology, el médico puede detectar la enfermedad a partir de la identificación de 11 de los 18 puntos dolorosos o sensibles por palpación repartidos por el cuerpo y reconocidos para el diagnóstico de fibromialgia.
El tratamiento se basa principalmente en la administración de fármacos para calmar el dolor, ejercicios de rehabilitación y antidepresivos para regular los niveles de serotonina.
El presidente de los reumatólogos españoles alerta sobre la proliferación de 'falsos remedios y soluciones milagrosas que ofrecen desaprensivos que juegan con las esperanzas y los bolsillos de muchos pacientes'. Para ello, la SER ofrece información en el teléfono 915 767 799 y en Internet, www.ser.es, así como en la Liga Reumatológica Española (91 435 53 82 y www.lire.es).
En opinión de Teresa Martín, presidenta de la Asociación de Fibromialgia de la Comunidad de Madrid (Afibrom, 913 567 145 y www.afibrom.org), las dificultades tanto diagnósticas como terapéuticas con que a menudo se topan estos pacientes 'llevan a muchos a un peregrinaje por diferentes médicos y otros profesionales hasta llegar al reumatólogo que les comprende y les ayuda en la enfermedad'.
Según Martín, también surgen numerosas complicaciones en el ámbito laboral, porque 'se pierden derechos adquiridos, a veces no se pueden justificar ausencias ni conseguir bajas laborales, y no se dispone de los equipos de valoración competentes y conocedores de la enfermedad para aportar soluciones judiciales cuando es necesario'. El manejo de este reumatismo debe ser, a juicio de Martín, multidisciplinar.
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