'La literatura requiere trabajo a destajo: un poema no'
El granadino Álvaro Salvador, uno de los poetas que se convirtieron en los precursores del movimiento conocido como la otra sentimentalidad, junto a autores como Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes o el desaparecido Javier Egea, ha decidido saltar del verso a la literatura con una novela, Un hombre suave, en la que mezcla los géneros del thriller, la intriga, la novela erótica o la sentimental. La obra, presentada hace unas semanas en Granada por el también escritor y poeta Justo Navarro, es un paseo por la generación de la transición y su memoria. La experiencia le ha valido a Salvador para entrar en un mundo al que no estaba habituado. 'Poesía y literatura', dice, 'son disciplinas absolutamente diferentes'.
Pregunta. ¿Cómo decidió dar ese salto de la poesía a la literatura?
Respuesta. No es algo de ahora. Hace ya mucho tiempo que tenía en mente escribir una novela. Hice varios intentos a lo largo de los años setenta y ochenta, pero hasta ahora no había logrado adquirir esa disciplina férrea que se requiere para escribir una novela.
P. Ha intentado mezclar diferentes géneros...
R. Sí. La novela tiene un punto de intriga a partir del cual se va desencantando hacia diferentes géneros. Me interesaba sobre todo ejercitar los recursos narrativos. Eso me ha servido mucho para aprender. Creo, ante todo, que es una novela sentimental.
P. ¿Qué le dijeron sus compañeros poetas y escritores de su intención?
R. Se tomaron mucho interés Justo Navarro y Almudena Grandes, que quiso presentarla en Madrid. Les ha gustado y eso me da confianza.
P.¿Un hombre suave es un homenaje a su generación?
R. Sí. Es sobre todo un recuerdo a muchos amigos de los años sesenta y setenta que ya desaparecieron, como el poeta Pablo del Águila, José Ignacio Moreno o Javier Egea. Resulta curioso, pero Javier Egea era uno de los personajes centrales de la obra antes de que muriera. Al final el libro ha quedado como un homenaje póstumo. Y, como trasfondo de todo, está Granada. Una ciudad que aparece permanentemente, aunque sin ser nombrada.
P. ¿Le ha resultado muy complejo el hecho de escribir un libro, en lugar de escribir poemas?
R. Sí. La poesía y la literatura son disciplinas absolutamente diferentes. La novela requiere de seis a ocho horas diarias trabajando, corrigiendo, puliendo, reescribiendo. Y antes de eso, debes pasarte gran parte del tiempo en busca de documentación. Requiere casi un trabajo a destajo, y uno se absorbe completamente en la historia. El poema no. El poema surge, o surge la idea del poema, y lo vas desarrollando lentamente. Puedes mantenerlo ahí durante bastante tiempo, aguardando que un golpe de suerte o de inspiración lo vaya completando.
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