Una ley para un asesino?
El derecho a la vida está por encima de todos los derechos, sin la vida nada tiene sentido.
A mi hermano Alejandro le asesinaron brutalmente y le arrebataron de una puñalada certera en el corazón todos los derechos fundamentales que tiene una persona y, sobre todo, le robaron el derecho a la vida. A los demás nos queda el vacío irreparable, la pérdida injustificada, el sufrimiento, la rabia y la impotencia ante un legislador que protege la actitud criminal, reduciendo las penas de delitos tan sumamente graves, hasta llegar a un grado simplemente simbólico, porque, a mi entender, eso es lo que se pretende con la entrada en vigor de la Ley del Menor.
Desde un punto de vista humano, es incomprensible e inadmisible unas medidas tan condescendientes con estas personas que cruelmente han dejado sin vida a otras, y dudo muchísimo que ayuden a evitar males mayores en un futuro, muy a mi pesar, pienso que facilitan la propagación de estos hechos que dejan destrozadas a tantas familias, hundidas en el sin sentido de una muerte absurda y en la indefensión ante una ley que amenaza con resguardar los derechos del asesino y omitir los de un perjudicado incapaz que nada puede hacer una vez muerto.
El asesino de mi hermano fue un menor a punto de cumplir los 18 años, sin embargo, no por ello deja de ser un asesino y un peligro potencial para la sociedad, como todos lo son.
Si queremos la paz social y ser libres a la hora de ejercer nuestros derechos, siendo estos equitativamente protegidos, la Administración de Justicia no puede permitir un sistema tan lento que, utilizando medidas desacertadas, nos hacen sentir prisioneros y víctimas de la propia Justicia.- María Ángeles Méndez Rodríguez. Sevilla.
Un auditorio para la Orquesta de Sevilla
La reivindicación de un auditorio para la Real Orquesta, el proyecto de cederle la parte principal del inmueble multiuso ideado por Rafael Moneo en el Prado de San Sebastián, posible auditorio, pero ya no es para fines musicales, sino para edificios hoteleros, y la música no cuenta en este país para nada. Lo mismo les da que los músicos se queden sordos, como si pierden la cabeza. El señor Luis Castro, director del Teatro Maestranza, accedió por lástima a que la orquesta ensayara en el teatro porque las obras que tocaban en la sala Apolo se quedaban sordas. Pero esto a sus directivos les importa un pimiento.
Tenemos en Andalucía cuatro orquestas, la nuestra es la mejor de las cuatro, pero a la vez la peor mirada de todas; la de Córdoba tiene su Gran Teatro, donde ensaya y da sus conciertos; la de Granada, en su auditorio Maestro Falla; la de Málaga, su teatro, y la nuestra, en la sala de un cine rehabilitado, con muy mala acústica, en donde duelen los oídos.
La culpa de que la Real Orquesta no tenga auditorio la tiene la señora consejera de Cultura, Carmen Calvo, y presidenta del consejo de Administración del Maestranza, es fans de la Orquesta de Córdoba y un dijo un día que la Real Orquesta nunca tendría un auditorio.
El Teatro Real de Madrid tiene su sala de ensayo para la Sinfónica, una sala que todo el público visita. ¿Por qué con las salas que tiene el Teatro Maestranza no acoge a la orquesta en una de ellas, cuando para 1992 este teatro era un auditorio? Y le recuerdo, señor alcalde, que si el edificio del Prado fue un capricho de Soledad Becerril, también fue un capricho cuando, en octubre de 1999, le pidió que se pusiera en marcha la construcción del auditorio y le fue denegado.
¡Que mala suerte tiene la mejor orquesta que hay en España!
Y en Torre Triana, ¿tampoco cabe un auditorio? La Junta tampoco se preocupa para nada de la Real Orquesta, y el teatro que tuviera su propia orquesta para el foso, como tiene el Teatro Real de Madrid.-
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