El Ayuntamiento de Peñíscola exigirá reducir el suelo protegido por el futuro parque natural de Serra d'Irta

El Ayuntamiento de Peñíscola va a exigir a la Consejería de Medio Ambiente que se reduzca la superficie de su municipio incluida en la zona protegida por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del futuro parque natural de Serra d'Irta. Mañana a mediodía, el pleno del consistorio pasará a aprobación el envío de las alegaciones al PORN de Serra d'Irta, que actualmente está en fase de exposición pública. El objetivo que se persigue con estas alegaciones es reducir el índice de protección marcado en el proyecto, que salva de la urbanizaciones 30 kilómetros cuadrados ahora calificados como urbanizables en el planeamiento de Peñíscola.

Según el teniente de alcalde y concejal de urbanismo, Andrés Martínez, se pretende reflejar el 'rechazo de diversos grupos ciudadanos al plan propuesto por la consejería y aportar soluciones alternativas'. Con estas alegaciones los grupos incluidos en la comisión de seguimiento creada a tal efecto pretenden la rectificación de algunos puntos conflictivos, como la reducción de los límites de protección total y la expropiación de terrenos de uso agrícola. Es previsible que las alegaciones a presentar se aprueben por unanimidad de los grupos municipales, ya que se van a consensuar en una reunión de la comisión de seguimiento a celebrar esta misma mañana.

En las últimas semanas se han sucedido las reuniones de los alcaldes de municipios afectados con el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que impulsa la presentación de alegaciones conjuntas para hacer más presión a la consejería. Además han sido varios grupos empresariales, como la Asociación Local de Pequeños Empresarios, o la Confederación de Empresarios de Castellón, los que han considerado que el plan puede acabar con los planes de desarrollar una importante zona de expansión turística.

De hecho se considera que varios terrenos de Irta serían idóneos para ubicar un campo de golf que aumente el nivel adquisitivo de los turistas que acuden a la ciudad. Y critican que en la zona de Alicante se pueda construir sin ningún tipo de respeto al entorno mientras que en Castellón no se da la posibilidad de conciliar los intereses empresariales con la ecología.