Los vecinos de la Alameda de Málaga se empeñan para acabar de reparar sus casas

Los 200 vecinos de la Alameda de Colón de Málaga que llevan casi dos años desalojados de sus viviendas, podrán volver hacia finales de enero, gracias a un crédito de 45 millones que han pedido para terminar la reparación del bloque. Los pilares de este edificio se vieron afectados por un corrimiento de tierras, provocado por la deficiente construcción de los aparcamientos subterráneos de un bloque en el solar contiguo. El caso judicial se retrasará más que las obras: todavía no hay un informe pericial sobre las causas del accidente.

"Desesperados, aburridos y asustados". Así dicen que están los 200 vecinos desalojados del edificio de la Alameda de Colón de Málaga porque una obra contigua puso en peligro sus viviendas. Llevan casi dos años fuera de sus casas y han tenido que pedir créditos por 45 millones de pesetas para completar una rehabilitación que les permita retornar a sus hogares. Confían en que cuando se resuelva el pleito judicial, la empresa responsable del corrimiento de tierras sea obligada a asumir los gastos. Pero, de momento, la investigación avanza poco: veintidós meses después del desalojo aún no hay ningún informe pericial sobre las causas del accidente.Los trabajos están prácticamente acabados, pero los vecinos no podrán volver hasta finales de enero. Aunque durante casi un año y medio la promotora de la obra que causó el corrimiento corrió con los gastos, desde julio los vecinos tienen que pagar de su bolsillo los alquileres, el guardamuebles y la vigilancia del bloque. Además, han tenido que pedir dos préstamos -uno de 850.000 pesetas por vecino y otro de 600.000 pesetas- para acabar la recuperación del edificio. La promotora Indes puso alrededor de 70 millones para la reparación y el Ayuntamiento aportó otros 40. Pero no fue suficiente, así que los desalojados no tuvieron más remedio que pedir dinero a entidades financieras. Para colmo, debido a la antigüedad del edificio, que data de principios de 1960, la comunidad de propietarios ha tenido que acometer obras a fin de adaptarlo a las nuevas exigencias de construcción lo que ha supuesto gastos añadidos a la rehabilitación.

"¿Miedo? Claro que tenemos miedo. Cada vecino se va a empeñar en casi millón y medio, pero estamos desesperados por entrar. Queremos empezar a meter muebles cuanto antes", comenta Francisco Rodríguez, portavoz de los afectados.

Su abogado, Antonio Checa, sostiene que cuando se gane el pleito "los daños se repercutirán en el culpable". Pero de momento, no hay ningún informe pericial que dé pistas sobre las responsabilidades del siniestro. Dos arquitectos judiciales han renunciado a emitir un dictamen y es posible que lo haga un tercero, lo que obligará a echar mano de una empresa especializada. Por las comparecencias de los técnicos de las contratas y subcontratas que trabajaban en el solar se sabe que el socavón de siete metros abierto para construir los aparcamientos no fue apuntalado correctamente. El fallo provocó que los soportes horizontales que sostenían las paredes laterales cedieran y se moviera el edificio contiguo, donde vivían los desalojados.

La recuperación de la estructura se completó hace un par de meses. Desde el verano se ha trabajado en la rehabilitación interior de los pisos y ya sólo faltan la pintura y algunos retoques. El realojo tendrá que hacerse de forma escalonada, lo que retrasará aún más el regreso de la totalidad del bloque. Los vecinos calculan que, con suerte, todos habrán vuelto al edificio para principios de febrero, cuando se cumplirán los dos años del desalojo. Los afectados no ocultan su indignación por haber tenido que solicitar préstamos para afrontar la terminación de los trabajos: "Todos estos dolores de cabeza por algo de lo que no somos culpables, sino víctimas".