Televisores por todas partes

Deseo agradecer al Gobierno ilustrado del señor Alberto Ruiz-Gallardón el detalle que ha tenido al instalarnos televisores en la red del metro. Está claro que es por el bien de todos. Es preocupante ver cómo a la gente le ha dado por leer libros en este medio de transporte con el consiguiente peligro de que lleguen a obtener con esta infame actividad un grado de intelecto capaz de permitirle valorar aspectos de sus costumbres, su trabajo, la sociedad en la que vive, etcétera.Es admirable el esfuerzo que hace para entretener a la gran cantidad de indigentes que sobreviven gracias a la caridad en las entrañas de nuestra ciudad. ¿Comida? ¿Casas? ¡No, hombre! Pon un televisor; se olvidarán de que tienen que comer y que no tienen un techo bajo el que dormir.

En resumen, todo son beneficios. La plebe viajará lobotomizada y no sufrirá, ni se preocupará por cosas tan absurdas como vacas locas, submarinos nucleares, planes hidrológicos, precios abusivos, pobreza y demás. ¡Gracias, señor Gallardón, por gastarse tan bien nuestro dinero!-