El otro 'Belén' de Algeciras
Seis inmigrantes acompañadas de sus bebés celebraron la Nochebuena en un albergue de frailes franciscanos
El hermano Isidoro Macías es un hombre conocido en África. Muchos de los inmigrantes que llegan en patera a las costas del Campo de Gibraltar llevan en el bolsillo un papel con su nombre. Junto a otros monjes, este franciscano regenta en Algeciras la Casa de la Cruz Blanca. Allí reciben refugio las mujeres subsaharianas que dan a luz en el hospital Punta Europa de la localidad.Anoche el hermano Isidoro estaba entusiasmado. La casa que dirige se había convertido en un portal de Belén múltiple. Seis mujeres nigerianas (dos de ellas acompañadas por sus maridos) y sus seis bebés compartían el menú navideño preparado por los frailes: "Pescado, pollo y también algunas cositas para animar la fiesta", dijo el religioso, que admitió sentirse como un auténtico abuelo.
Afuera, un temporal de levante azotaba el Estrecho y disuadía a las expediciones clandestinas que parten desde las costas de Marruecos. El mal tiempo permitió a los guardias civiles de servicio tomarse con cierta calma sus tareas de vigilancia habituales. También los voluntarios de Cruz Roja en Tarifa, que se encargan de prestar los primeros auxilios a los inmigrantes, pudieron comer tranquilos el turrón, informa Cándido Romagera.
Sus compañeros de Cruz Roja de Almería, que se hallaban en estado de alerta para atender a los miles de personas que en los últimos días acudieron a la ciudad con la vana esperanza de obtener su regularización, tampoco tuvieron mucho trabajo. Los voluntarios se habían pertrechado con dotaciones especiales, pero apenas fue necesaria su intervención. El presidente de la ONG en la provincia, Juan Carlos Jover, estaba perplejo: "Las personas en situación irregular que llegaron están ahora desperdigadas. Estamos preparados y tenemos raciones de comida, pero no sabemos cómo o cuándo debemos actuar", declaró a María José López Díaz.
Su estupor no sólo era debido a la desaparición de los inmigrantes, sino también a la volatilización de las autoridades locales: "No nos han dicho nada, ni sabemos nada sobre lo que hay que hacer", dijo Jover. Para colmo, la ciudad permanecerá en fiestas hasta el miércoles, puesto que el martes celebrará (ironías de la historia) el aniversario de la recepción del pendón de los Reyes Católicos tras la reconquista de la plaza a los musulmanes. Nadie sabe qué sucederá a partir del 8 de enero, día en que comenzará el plazo para atender a los inmigrantes a los que la subdelegación del Gobierno ha entregado un número de cita previa para atender sus solicitudes de regularización.
Al igual que en Algeciras y Almería, la lluvia cayó el domingo en Jaén. Fue un pésimo regalo de Nochebuena para los extranjeros que buscan un tajo en el que recoger aceituna. Si cae agua del cielo, no hay trabajo, y sin trabajo no hay jornal: 5.294 pesetas que no entran en el bolsillo, informa Carmen del Arco.
Los 15 albergues que existen en la provincia dieron cobijo a 330 inmigrantes que varean los olivos. En cuanto al resto, los más afortunados cenaron en las viviendas que han podido alquilar, y los que nada tienen buscaron refugio en naves o casas abandonadas.
Un ejemplo es Said Cacha, de 34 años, que llegó desde Marruecos hace cuatro años y ahora se encarga de tener preparado el albergue de temporeros de la localidad de Alcahuete. Con él pasaron la Nochebuena dos búlgaros, cuatro argelinos y cuatro marroquíes. Cenaron unos huevos rellenos que había preparado Carmen, la cocinera. "La Navidad no es una costumbre nuestra, pero ahora vivimos en España y asumimos las costumbres de aquí. Comemos y lo celebramos, ¿por qué no?. Salimos y contamos chistes para animarnos", dice Said.
Los 11 inmigrantes, algunos de los cuales carecen de papeles para trabajar, se comunican como pueden a través de una maraña de palabras y gestos. "Para las cosas básicas podemos entendernos. Cuando uno quiere, lo consigue. Pasamos juntos las fiestas porque somos todo lo que tenemos: los unos a los otros, aunque nos hayamos conocido hace tres días y no volvamos a vernos jamás", afirman.
Las madres de Algeciras, los confundidos solicitantes de Almería y los aceituneros de Jaén son sólo tres ejemplos de la Nochebuena en España de los inmigrantes de países no comunitarios. Pero cada persona es un mundo, y en España ellos son más de medio millón.
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