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Reportaje:EXCURSIONES - ALREDEDORES DE ALCALÁ LA REAL

El pájaro del Sur

Pequeñas aldeas se esparcen sobre una orografía montañosa que aspira a ser el quinto parque natural de Jaén

Estar en tres provincias a la vez y no moverse de una misma aldea es posible en Alcalá la Real. Algunas de sus núcleos rurales pisan territorio de Granada o de Córdoba, aún siendo parte de la provincia de Jaén. Venta Valero es el punto de encuentro de las tres y para llegar allí es necesario hacer un recorrido por las aldeas disgregadas, que se esparcen sobre los 263 kilómetros cuadrados de este municipio en el que hay montañas con una altitud media de casi 1.000 metros. El mapa con los núcleos habitados de este municipio recuerda la imagen de una paloma.La mirada se pierde entre los miles de olivos que rodean las aldeas de Alcalá, pero no siempre fue así. Los encinares característicos de otros siglos han dejado paso a un cultivo productivo que ha alterado el paisaje de casi toda la provincia de Jaén y que en estas colinas y pequeños montes se prodiga hasta el infinito. Desde Santa Ana, la aldea más cercana a Alcalá, ya se empiezan a divisar los campos ahora cargados de aceituna pendientes del árbol.

Santa Ana tiene una curiosidad: la imagen oscura y pequeña que reposa en la moderna ermita de la Virgen Coronada. Es un templo privado que se puede visitar pidiendo la llave en la casa situada frente al antiguo lavadero. Cuentan que la imagen de Santa María fue llevada hasta allí en persona por el rey Alfonso XI cuando se asentó en esas tierras para conquistar la ciudad.

Junto a la ermita, un lavadero reconstruido guarda un hermoso patio en el que se han hecho réplicas de los escudos de Alcalá. El abad Lorenzo de Mendoza mandó subir los muros de este lavadero para que no se les vieran las piernas a las mujeres mientras limpiaban la ropa. Así se conserva ahora, cerrado y guardando un nacimiento de agua sobreexplotado por las nuevas construcciones de viviendas, pero aún activo. El recorrido entre aldeas, que se puede hacer en coche o en bicicleta por suaves subidas y bajadas, tiene que pasar por Peñas de Majalcorón, en la parte occidental del término. En días sin bruma, desde la carretera se puede ver con total nitidez Sierra Nevada y la campiña de Córdoba.

Unas 40 personas viven habitualmente en este núcleo cargado de casas blancas situadas bajo unos riscos gastados por el viento que las ha azotado durante siglos. Precisamente esas peñas son las que le han dado nombre a este conjunto de viviendas que, como en las demás aldeas, comenzaron a llenarse de alcalaínos a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Los cerezos que se mantienen plantados junto a las viviendas ofrecen un especial decorado blanco en época de floración. Están junto a las peñas, pero también en pequeñas parcelas diseminadas a lo largo de la ruta de las aldeas.

El mayor colorido lo da en esta zona el zumaque, una planta roja que servía para tintar la ropa y que se encuentra en su máximo esplendor durante los meses de otoño en lugares cercanos a las piedras. Junto al zumaque, en los suelos llanos predominan las plantas de tomillo, los chaparros y los resistentes espinos.

El recorrido por las aldeas de Alcalá es complejo, a través de un entramado de carreteras que llevan de un lugar a otro; de núcleos de apenas varias docenas de familias a otros más poblados como el de La Pedriza, donde viven unos 600 habitantes. La Grajera, San José, La Hortichuela, con sus grandes hondonadas a cada lado de las calles para contener las riadas de agua que bajan del monte cuando llueve; o las caserías de San Isidro, donde se pierden los ojos entre típicos cortijos, van completando un recorrido por aldeas que necesita más de un día para observarlas detenidamente.

Especialmente atractivas, otra vez por el blanco de las casas y las vistas que ofrecen, son las dos Riberas, alta y baja. Mures puede cerrar una excursión en la que aún quedan núcleos por ver. Las aldeas de Alcalá la Real están encuadradas en la Sierra Sur, un espacio que aspira a convertirse en el quinto parque natural de Jaén.

Cita étnica

- Dónde. La comarca se comunica a través de tres vías: la CN-432 Granada-Badajoz, la C321 Jaén-Alcaudete y la CA-336 Estepa-Guadix. - Cuándo. En mayo durante la floración de los cerezos. En diciembre se encuentra a hombres y mujeres participando en la recolección de la aceituna con los mantos sobre el suelo y las varas golpeando el árbol. Una tercera recomendación es ir el último fin de semana de julio, cuando se celebran los Encuentros Étnicos del Sur, Etnosur.

- Alrededores. La orografía montañosa de la comarca ha hecho que se conserve el bosque y el matorral mediterráneo. Se puede visitar la fortaleza La Mota y hermosos barrios, en Alcalá la Real, y comer junto a la chimenea de la taberna Curro el típico plato de jarretes de cerdo (el precio oscila entre 2.500 a 3.000 pesetas).

- Y qué más. Información en la página web (www.alcalalareal.com) y en el Ayuntamiento (953 58 70 02).

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