_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Guadalajara

Guadalajara es el título de una canción famosa, el de un libro de cuentos del estupendo escritor catalán Quim Monzó y el de, al menos, un par de ciudades a uno y otro lado del Atlántico. En la Guadalajara mexicana se reunieron hace varias semanas unos cuantos escritores ibéricos que fueron incapaces de entenderse. Porque eso de que hablando se entiende la gente parece que funciona como dicho, pero del dicho al hecho va lo suyo, lo que usted y yo sabemos: una larga península o un ancho continente.Hablando, por desgracia, tampoco se entiende la gente. Será que hablamos mal (porque poco no hablamos: basta poner la oreja en el poblado gallinero de las tertulias radiofónicas o colocar el ojo sobre los alaridos tipográficos de algunos rotativos). Cada año por estas mismas fechas nos sorprende la dulce Navidad sarpullida de guerras en todos los rincones del maltratado Atlas Aguilar. Los humanos tenemos la costumbre inveterada de dialogar a garrotazos, con vocación auténtica de grabado de Goya. Pero con la escritura tampoco hemos logrado grandes avances. Lo de Guadalajara es una prueba de ello. Escribiendo tampoco conseguimos entendernos ni hacer que nos entiendan, quizás porque la sociedad se está poblando de analfabetos funcionales adosados a una videoconsola y enganchados a la red pegajosa de Internet. En todo caso, es difícil hacerse entender. Hay palabras que han perdido el sentido, palabras que no habitan en la casa común del diccionario sino en un manicomio, una casa de locos, una jaula de grillos o un prado de serpientes. Lo que hoy es blanco, mañana será azul, y pasado mañana como el papel de aguas de las guardas de los libros antiguos, es decir, de todos los colores y de ninguno.

"¡Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas!", pedía Juan Ramón. Las palabras no bastan para arreglar el mundo, pero son la herramienta imprescindible para ponerlo a punto. Hace falta aprender urgentemente la secreta verdad de las palabras. Abramos la cartilla nuevamente y comencemos a deletrear: San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Guadalajara.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_