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Barak será el único candidato de la izquierda en las elecciones a primer ministro de Israel

El jefe de Gobierno israelí, Ehud Barak, liderará en solitario el frente partidario de las negociaciones en las próximas elecciones anticipadas a primer ministro, que se celebrarán con probabilidad el próximo 6 de febrero. Barak consiguió el liderazgo de este campo ayer a última hora tras arrojar a la cuneta la candidatura de Simón Peres, quien trataba de rivalizar con él al frente del pacifismo, presentándose también en las próximas elecciones como aspirante a primer ministro en Israel. La retirada obligada de Peres de esta contienda deja el campo de batalla electoral despejado y dividido claramente en dos bandos. Pacifistas frente a los enemigos de un acuerdo con los palestinos, es decir, Ehud Barak contra Ariel Sharon.

La escisión del bloque de la coalición de Gobierno se evitó dolorosamente en el último momento, cuando faltaban poco menos de dos horas para que finalizara el plazo para registrar los nombres de candidatos a primer ministro en el colegio electoral, y el partido pacifista Meretz anunció que no apoyaría la candidatura de Peres; no le otorgará la firma de sus diez diputados, y así Peres no podrá presentar su nominación en el registro.Yosi Sarid, dirigente del partido laico Meretz, tomó colectivamente con los demás líderes de esa formación política esta grave decisión, después de haber intentado en vano aproximar a los dos rivales políticos, Barak y Peres, dibujando una fórmula de compromiso, por la que el actual jefe de Gobierno sería el candidato oficial del frente partidario de la negociación, pero comprometiéndose a cambio a colocar a Peres en un lugar preeminente del equipo de negociadores con los palestinos.

El último intento de mediación entre los dos rivales del laborismo, celebrado en la sede del Ministerio de la Defensa de Tel Aviv ayer a última hora de la tarde, finalizó con un portazo y con un exabrupto del propio Peres ante las cámaras de televisión israelíes, frente a las que aseguró: "No he venido aquí a buscar ningún trabajo, simplemente trato de cerrar el paso a Ariel Sharon", jefe del partido nacionalista Likud, el enemigo declarado del proceso de paz.

Batir a Sharon

Peres recordó que tenía en la mano más posibilidades de batir a Sharon en las elecciones que el propio Barak, ya que podía fácilmente aglutinar a los sectores pacifistas dispersos y desactivados y arrancar al mismo tiempo el voto de la minoría árabe, enojada en los últimos meses por la represión ejercida en las revueltas de Galilea. Peres se vio obligado a retirarse, dejando gravitar sobre la escena política las críticas contra Barak, al que no considera capaz de nada; ni de llegar a un acuerdo con los palestinos ni de batir a Sharon. Ayer volvió a insistir con respecto a las supuestas incapacidades de su rival como actual y futuro primer ministro, mientras agitaba en el aire los últimos sondeos electorales, que aseguran que la diferencia del actual jefe de Gobierno con Sharon es de 18 puntos, mientras que él obtiene dos puntos más en las intenciones de voto que el líder del Likud. La matemática de los sondeos daba la razón a Peres, pero él sabe muy bien que el resultado de las urnas pude ser otro; es la lógica de la política israelí.

La dirección de Meretz trataba ayer noche de justificar el desplante a Peres, al asegurar que la decisión de no apoyarle se había tomado por una amplia mayoría del partido.

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Victoria

"Nuestro objetivo es el de llevar a Barak a la victoria frente a Ariel Sharon. Así podemos igualmente favorecer los esfuerzos de paz", recalcó uno de los dirigentes del partido, Haim Oron. "Esta decisión fue tomada por una mayoría de los miembros de la dirección del Meretz y me siento feliz de que el campo de la izquierda se presente unido en la carrera para la elección de primer ministro", declaró Oron. La retirada obligada de Peres de la carrera electoral coloca a Barak en un lugar comprometido, como representante único en el frente partidario de la negociación, y con la obligación de poner fin a las posturas zigzagueantes adoptadas durante el último año y medio frente a los palestinos; en ese tiempo no ha cumplido ninguno de los acuerdos pactados con Yasir Arafat. Esto ha dado alas a la Intifada, que, muerto a muerto, y van más de 300, parece hacer cada día más irreconciliables las posiciones de las partes enfrentadas.

NEGOCIACIÓN EN LA CASA BLANCA.

En los últimos días de su mandato, el presidente de EE UU, Bill Clinton (en la foto, de espaldas), apura la que puede ser la negociación definitiva con los representantes palestino, Saeb Erekat (izquierda), e israelí, Shlomo Ben Ami (a la derecha de la mesa).

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