El Parlament aprueba la creación del Instituto de las Industrias Culturales con los votos de CiU, PP y ERC
Proyecto estrella
El Instituto Catalán de las Industrias Culturales (ICIC) echó a andar ayer en el pleno del Parlament con los votos a favor de Convergència i Unió (CiU), Partido Popular (PP) y Esquerra Republicana (ERC), que sólo votó en contra de uno de los artículos de la ley que prevé la creación del mismo. La votación de este organismo dependiente de la Generalitat, que coordinará las políticas de apoyo a las empresas que actúan en el ámbito de la cultura, tuvo los votos en contra del Partit dels Socialistes-Ciutadans pel Canvi (PSC-CpC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), que presentaron sendas enmiendas a la totalidad que fueron rechazadas por el pleno. Ambos grupos consideran que el nuevo instituto nace con poco dinero (1.725 millones de pesetas), escasamente participado por el sector y enfocado en exceso a la producción audiovisual en detrimento de otras empresas de productos culturales. De los 1.725 millones de pesetas con que contará el nuevo instituto en su primer año de funcionamiento, 1.425 proceden de la Dirección General de Promoción Cultural, que cede, además, parte de sus funciones. Así, en suma, la creación del ICIC sólo ha supuesto un aumento de 300 millones de pesetas destinados a "nuevas actuaciones". A juicio del PSC y de IC-V, este aumento "es insuficiente para conseguir los objetivos marcados por la ley". La diputada de IC-V Dolors Comas preguntó en su intervención si el trasvase de fondos de Promoción Cultural al ICIC "irá en detrimento" de la difusión de la cultura catalana.
El ICIC es el proyecto estrella del consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, ex director de la Corporación Catalana de Radio y Televisión. El nuevo organismo estará dirigido por el economista Jordi Penas. Centralizará las políticas relativas a las industrias culturales que hasta ahora se realizaban desde distintos departamentos y tendrá entre sus objetivos "reforzar el tejido de las industrias culturales, potenciar intercambios entre profesionales, organizar eventos de gran repercusión, conectar el sector con las nuevas tecnologías y favorecer el reciclaje profesional", según explicó Vilajoana en la presentación del proyecto de ley. Pero, por encima de todo, el ICIC pondrá el acento en las industrias audiovisuales. De los 8.000 millones de pesetas de la línea de crédito del Instituto Catalán de Finanzas de que dispondrá el nuevo organismo, 5.000 están reservados a empresas audiovisuales. Esta circunstancia llevó a Comas a interrogarse sobre "qué pasará con los otros sectores", que deberán repartirse los 3.000 millones de pesetas restantes. Asimismo, esta línea de crédito contará con los 325 millones de pesetas del fondo de garantía del Banco Bilbao Vizcaya para industrias culturales, destinados también a las empresas audiovisuales.
A juicio de Vilajoana, esta diferencia es "razonable" y obedece a que el sector audiovisual es "prioritario y necesita más capital". El consejero de Cultura añadió que los 3.000 millones de pesetas restantes "cubrirán perfectamente las necesidades del resto" de sectores; es decir, de las industrias editorial, musical y discográfica, de prensa, multimedia, las artes plásticas y las escénicas.
Otro objeto de la crítica de los socialistas e IC-V fue la composición de los órganos de gestión del instituto, que consideran copados en exceso por la Administración autonómica. Aunque durante la gestación del proyecto de ley en ponencia ha aumentado el número de representantes del sector (dos quintas partes del consejo general y una cuarta parte del Consejo de Administración), ambos grupos consideran que es "necesaria una mayor participación del ramo".
Asimismo, IC-V explicitó su oposición a que el ICIC pueda participar o constituir sociedades mercantiles, según establece la ley. A juicio de Comas, esta posibilidad puede representar "una competencia desleal con el sector". Los dos consejos contarán con la presencia de representantes de los departamentos de Cultura, Industria, Comercio y Economía, así como de la Corporación Catalana de Radio y Televisión.
Vilajoana avanzó ayer algunas de las primeras actuaciones del ICIC, que deberá presentar, en el plazo de un año, un libro blanco sobre el estado de las industrias culturales en Cataluña. Entre otras figuran la creación de una feria de coleccionismo, para lo cual ya hay conversaciones con la asociación Art Barcelona, y la constitución de una empresa para la comercialización en el exterior de productos audiovisuales, llamada Catalan Films.
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