¡Ya basta!
La confusión creada por la forma en que se está tratando todo lo relacionado con ETA ha llegado al colmo.Timothy Garton Ash (EL PAÍS, 12 de diciembre de 2000, página 13) ha caído en la trampa que empezó con aquella peligrosa obviedad de "vascos, sí; ETA, no": "... pude ver y oír una gran multitud de manifestantes (sindicalistas, verdes, vascos, anarquistas, incluso un grupúsculo de Socialist Worker)".
Señor Garton y demás bienpensantes: somos millones los ciudadanos del mundo que, además de vascos, neoyorquinos, chuquisaqueños o maoríes, somos verdes, anarquistas, sindicalistas, socialistas o lo que nos da la gana.
Gracias a gente como usted, si un joven es vasco, no puede protestar por su empleo precario, el abandono social de su pariente inválido o anciano, solidarizarse con las mujeres afganas o manifestarse porque espera mucho más de la cumbre de Niza.
Gracias a gente como usted, la policía checa o francesa cree que vasco=etarra=descerebrado=delincuente, y los reporteros de medio pelo creen que les van a dar un Pulitzer por la imagen de ikurriñas en medio de una bronca.
Había 60.000 personas de muchas nacionalidades, ideologías, religiones y razas que sólo pedían un mundo mejor, un mundo en que los políticos piensen en las personas. Pero como había vascos...
En fin, al Gobierno le está saliendo bien eso de "o conmigo o con ETA" y más confusión. ¿Para qué? ¿Para que creamos que el único problema en España es ETA? ¿Para que la Ley de Extranjería sea algo secundario? ¿Para que se flexibilicen aún más los despidos? ¿Para que se hagan cenas benéficas para construir hospitales para niños? ¡Por favor!
¿Soy sospechosa de algo? Mi bisabuelo era vasco, yo jamás he vivido allí. Él ya fue ciudadano del mundo en 1850.- Ana Etchenique. Boadilla del Monte, Madrid.
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