La 'operación cono' arranca con dudas sobre su eficacia para regular el tráfico
Madrid amaneció ayer sembrada de conos de plástico de color naranja. A las siete de la mañana, 5.000 pivotes para delimitar los carriles-bus se extendían en ordenadas hileras a lo largo de 20 kilómetros de vía, en 17 calles del centro. Unas horas más tarde, muchos de ellos rodaban por la calzada, aplastados, empujados por motoristas o derribados por autobuses y automovilistas. El primer día de la campaña navideña de tráfico del Ayuntamiento cosechó fuertes críticas de los conductores, que tildan de "estorbo inútil" la propuesta del Gobierno municipal. Además, un mando policial reconoce que estos artilugios entrañan "un riesgo evidente" para la circulación.La operación cono pretende paliar los tradicionales atascos que registra el centro de la ciudad durante las fiestas navideñas, y para eso el concejal de Tráfico y Movilidad Urbana, Sigfrido Herráez (PP), ha decidido establecer una barrera que delimite los carriles-bus con estos pivotes de plástico. En total, 20 kilómetros de calles en los que se pretende disuadir a los vehículos particulares de invadir el carril-bus. Sin embargo, la primera jornada de campaña no sólo no registró menores atascos que un día normal, sino que supuso una tortura para muchos taxistas y conductores de autobús -bloquea-dos en interminables filas cuando otro vehículo obstaculizaba el paso- pero también para los coches privados. Éstos, e incluso los peatones, se vieron obligados a sortear los conos caídos.
La polémica ha rodeado los sucesivos intentos de aislar el carril-bus. Ya en 1987, la decisión del entonces concejal de Tráfico, el socialista Valentín Medel, de separar la zona restringida a autobuses y taxis mediante un bordillo de cemento en la calle de Serrano provocó las críticas de la policía, los comerciantes y la oposición de los populares. Éstos entendían que suponía un peligro para los automovilistas. El bordillo fue retirado en agosto de 1989 por el gobierno de centro-derecha presidido por Agustín Rodríguez Sahagún con la excusa de que era peligroso, aunque no se registraron accidentes graves.
José María Álvarez del Manzano, primer teniente de alcalde en 1989, comentó: "El bordillo de Serrano se retira tras comprobar científicamente su poca eficacia".
El edil socialista Eugenio Morales cree que la medida puesta en marcha ahora por el PP es "absolutamente improvisada". "Herráez ha olvidado la carga y descarga. El despliegue de conos suena a broma: como se ha visto, los coches se ven obligados a esquivar estos artilugios. Es un cachondeo", afirmó. Inés Sabanés, portavoz de IU, considera "ineficaz" la operación cono. "Va a incrementar el caos", aseguró. "Hay que hacer las cosas con más planificación. La única solución es el cierre total al tráfico privado en el centro durante las navidades".
Los pivotes suponen "riesgo evidente" para los conductores, según la oposición y la policía
Los 5.000 pivotes que delimitan los carriles-bus para evitar el paso y el estacionamiento de otros vehículos están colocados en 17 vías del centro (Gran Vía, Alcalá, Princesa, paseo de Recoletos, Serrano...). Los vigila una veintena de personas contratadas para la ocasión: hombres y mujeres con ropa reflectante que pasarán día y noche, en turnos de ocho horas y hasta el 8 de enero, recogiendo y reponiendo los pivotes derribados por los vehículos.Pero ni estos vigilantes ni los policías municipales encargados de garantizar el respeto a la nueva señalización -más de 200 agentes están destinados a la campaña navideña de tráfico- consiguieron mantener el orden. El éxito de la medida dependió más de la buena voluntad de los conductores que del poder disuasorio de los conos. "Quien quiere, entra [en el carril-bus]; exactamente igual que siempre", comentaba Emiliano, conductor de autobús de la línea 53.
Sin embargo, el concejal de Tráfico, Sigfrido Herráez, consideró los resultados "demasiado buenos". No dio cifras concretas, pese a que se había comprometido a ello por la mañana. "Vamos a esperar al lunes porque no creemos que los resultados de un día sean significativos. Pero el resultado está a la vista", señaló.
Las fronteras delimitadas por los pivotes crearon más problemas que otra cosa a autobuses y taxis. "En el momento en el que alguien aparca o invade el carril, nos quedamos todos bloqueados, porque, a no ser que derribemos toda la fila de conos, no podemos salir", explicaba un taxista. A esa dificultad se añade el "riesgo evidente" que entrañan los pivotes, no sólo para los encargados de reponerlos, sino también para conductores y motoristas, según el concejal Morales y un mando policial. Herráez rechazó también esta crítica, aunque reconoció que ayer ocurrieron percances que se atribuyeron a los conos. "Un conductor dice que se distrajo mirándolos en el paseo de Recoletos y se saltó el semáforo. Otro coche lo embistió". Según el edil, la noche del jueves desaparecieron 30 pivotes.
Anoche, alrededor del 10% de los conos instalados entre la plaza de Ventas y la de Manuel Becerra había sido desplazado o destrozado, según un conductor. En alguna zona de la calle de Alcalá los pivotes habían sido retirados para permitir el aparcamiento a los clientes ante las puertas de los restaurantes.
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