Putin indulta al espía de EE UU que 'investigaba' un nuevo torpedo ruso
El estadounidense Edmond Pope, declarado culpable de espionaje y sentenciado a 20 años de cárcel, abandonó ayer la prisión de Lefórtovo y Rusia gracias al perdón del presidente Vladímir Putin. El caso Pope y su escandaloso juicio habían envenenado las relaciones entre Washington y Moscú. La orden presidencial llegó a los carceleros de madrugada, ya que Putin la firmó antes de emprender su viaje a Cuba. La Embajada de EE UU en Moscú ya había pactado que a las 9.00 horas (dos horas menos en Madrid) aterrizaría en el aeropuerto internacional moscovita el avión fletado para recoger a este antiguo oficial de la Marina estadounidense.
Pope, de 54 años, se encontraba en Rusia como hombre de negocios, pero se le ha hallado culpable de comprar información táctica y técnica sobre el nuevo torpedo rápido ruso Shkval. El fiscal Yuri Volguin llegó a reclamarle, además de 20 años de cárcel, los 49.000 millones de pesetas que le costó al Ministerio de la Marina ruso desarrollar este tipo de misil.
"La detención de Pope era injustificada, pero ha sido afortunada la decisión de que se impongan las razones humanitarias", declaró el presidente Bill Clinton al conocer la noticia.
El juicio fue un auténtico escándalo. El catedrático que delató a Pope y principal testigo de la acusación se retractó en una de las últimas sesiones y mostró un vídeo en el que agentes del Servicio Federal de Seguridad (el antiguo KGB) le decían que no tenía por qué contar la verdad.
Pope fue detenido el pasado 3 de abril y encarcelado en una celda, en la que el supuesto espía asegura que su compañero era el comandante checheno Salman Radúyev, el dirigente guerrillo de más rango capturado por Moscú. Posteriormente fue colocado en una celda de seis reos que, con frecuencia, se comían sin miramientos su ración. Pero Pope, antes de recoger sus pertenencias, ha agradecido los servicios de la prisión de Lefórtovo y ha considerado que se encuentran al nivel de "cualquier otra cárcel occidental". La defensa del norteamericano ha aducido que padece un extraño cáncer de huesos que había remitido, pero que se temía que volviese a reproducirse en las condiciones carcelarias.
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