Los fondos de inversión pierden 1,06 billones de patrimonio en noviembre

Noviembre se ha saldado con la mayor caída de patrimonio de los fondos desde 1990: 1,06 billones de pesetas. El mal comportamiento de las bolsas y la retirada de 270.567 millones son los responsables de esta pérdida histórica. Con ello, estos instrumentos acumulan una caída patrimonial en lo que va de año de 3,23 billones. Así, según datos de Inverco, los fondos cerraron noviembre con 31,08 billones de pesetas, cuando finalizaron 1999 con 34,31 billones. Ello supone la marcha de 94.243 partícipes.

La inversión a través de fondos no pasa por su mejor momento, como lo evidencia que en lo que va de año haya perdido patrimonio por valor de 3,23 billones de pesetas hasta situarse en los 31,08 billones de pesetas. Esta pérdida de patrimonio no es atribuible únicamente al mal comportamiento de los mercados en este año. Muchos inversores han optado por salir de este instrumento del ahorro colectivo.Concretamente, los reembolsos han superado a las sucripciones de fondos en 2,83 billones de pesetas. Esta cantidad se traduce en una pérdida de 94.243 partícipes en lo que va de año.

Éstas son las cifras que ofrecía ayer la agrupación de las gestoras de fondos, Inverco. Asimismo, la rentabilidad tampoco ha sido muy positiva, con una ganancia media ponderada del 0,12% en el último año. Una rentabilidad que mejora si se toman varios ejercicios como referencia. En los últimos tres años, la rentabilidad se coloca en el 3,93% y en cinco años se llega al 5,70%.

Son varias las causas que llevan a muchos inversores a optar por otras formas de ahorro, cuando los fondos han sido las estrellas indiscutibles del ahorro español en la década de los noventa. Son los fondos más conservadores los que han perdido más dinero, como los fondos Fiamm y los de renta fija a corto y largo plazo, que suman más de 2,4 billones de pesetas de pérdida patrimonial.

La competencia de los depósitos bancarios, que han crecido un 20,4% en los últimos 12 meses, ha sido capital para la pérdida de este patrimonio, sumado a unas comisiones muy elevadas que se comían literalmente la tercera parte del interés que perciben los inversores.