Policías de barrio se niegan a patrullar en solitario
La última bala del GRAPO no sólo acabó con la vida del agente del Cuerpo Nacional de Policía Francisco Javier Sanz Morales, de 28 años, sino que ha dejado tocado uno de los fundamentos de la policía de barrio. Según los sindicatos policiales, la mayoría de los 400 agentes de proximidad de Madrid patrullan las calles en pareja, en lugar de hacerlo en solitario, como establece el Plan Policía 2000. La razón: el temor a ser víctima de un nuevo atentado, según un dirigente del SUP (Sindicato Unificado de Policía).Dos miembros del GRAPO le pegaron un tiro en la nuca a Sanz Morales el pasado 17 de noviembre en la calle de la Alondra (Carabanchel). "Los pistoleros se aprovecharon de que el agente patrullaba en solitario para matarle sin resistencia alguna", explica José Luis Morán, portavoz del sindicato Unión Federal de Policía (UFP).
15 de los 20 'policías de barrio' de Latina han pedido la baja tras el atentado de los GRAPO, según los sindicatos
El último atentado de los GRAPO en Madrid ha creado cierta "psicosis de indefensión" y "temor a patrullar en solitario" entre la mayoría de los policías de barrio, según Bernardo Bravo, portavoz regional del Sindicato Unificado de Policía (SUP). "El día después del atentado ya advertimos al delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, así como a altos mandos policiales, de que las patrullas unipersonales patrullan en una situación de total inseguridad", añade Bravo. Los sindicatos lanzaron entonces un desafío a la Dirección General de Policía: "En notas internas recomendamos a todos los policías de barrio que circulan en sus scooter que incumplan el reglamento y se unan para patrullar en pareja y así cubrirse las espaldas mutuamente", añadió Bravo."La situación entre los agentes ha llegado a tal extremo que 15 de los 20 policías de barrio de la comisaría de Latina han solicitado la baja de ese servicio como protesta por las condiciones laborales en que trabajan", afirma el portavoz de la Unión Federal de Policía, José Luis Morán Rubio.
Lo que hacen muchos agentes, según los sindicatos, es salir de la comisaría correspondiente de uno en uno y luego se juntan en parejas para evitar patrullar en solitario. "Quedan a una hora en un punto concreto y así hacen las rondas juntos. Protegidos el uno por el otro. Primero cubren la zona de uno y luego la del otro", añade Antonio Sánchez Estudillo, del SUP.
Los policías de barrio del Cuerpo Nacional de Policía se están replegando, de forma subrepticia, por el temor que ha causado el reciente asesinato de uno de ellos por los GRAPO. En cambio, el próximo viernes se pondrán en marcha en el distrito de Centro las primeras patrullas de barrio de la Policía Municipal. En este caso, los agentes saldrán a la calle en pareja.
El problema de fondo es, según los sindicatos, que "la Jefatura Superior ha perdido en los últimos cinco años 1.200 policías y las motos scooter van desguarnecidas", afirma Bravo. "El denominado sistema de malla que debe proteger a los policías de barrio es insuficiente o, incluso, inexistente. Cada Módulo de Proximidad está compuesto por nueve motos, tres coches y una furgoneta, pero nunca se cumplen estos requisitos", concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
