Clases

Desde luego, si algo podemos ir teniendo claro los ciudadanos de este país es que no todos somos iguales. Para la policía y para quienes son sus mandos todavía hay clases. Hace unos días todos pudimos ver cómo unos ciudadanos que se manifestaban, sentados pacíficamente en la que se supone es la "casa de todos" [el Congreso de los Diputados], a favor de que el Gobierno condonase la deuda externa a los países más pobres, eran salvajemente apaleados por la policía. Claro, que los manifestantes eran jóvenes e iban vestidos como tales, y tenían aspecto de ser muy revoltosos, lo cual es sospechoso e incluso peligroso, aunque no molestasen gran cosa sentados en las escaleras del Congreso. Una semana después, los ciudadanos residentes en una de las zonas más caras de la capital se lanzan a la calle indignados por las molestias que les producen las prostitutas en sus calles. Cortan el tráfico de una de las principales calles de Madrid, se niegan a moverse cuando la policía se lo pide y, en vista de que no hay manera, que no se mueven, el jefe superior de Policía de Madrid se va hasta allí a negociar con ellos, a ver si son tan amables de retirarse. En la televisión pudimos ver a un policía pidiendo a uno de los manifestantes que se identificara, a lo que éste respondió: "No me da la gana, y además son ustedes unos chulos". ¿Respuesta del policía? Nada, bajar la cabeza y marcharse a otro sitio a ver si había más suerte y algún manifestante tenía a bien identificarse. En fin, los concentrados eran hombres y mujeres, vestidas ellas con magníficos abrigos de pieles, y ellos, con lustrosos chaquetones y corbatas. Al final se disolvieron cuando quisieron, faltaría más. Y los demás, manifestantes con experiencia, babeando de envidia. Habían hecho realidad, sin saberlo, el sueño de todo manifestante que no es otro que decirle a un policía "no me da la gana de identificarme porque no estoy cometiendo ningún delito, y además es usted un chulo". Propongo que vayamos a protestar contra la deuda externa en La Moraleja y nos vistamos de ellos a ver si cuela; aunque me temo que ni por esas.-