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Entrevista:

"El teatro de Calderón se puede disfrutar con los ojos cerrados"

El actor Paco Valladares vuelve a El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca, montaje que sólo pudo preestrenar por culpa del corazón el 10 de junio de 1998. Tiene aquella fecha grabada al fuego triste de la decepción. Estaba emocionado por el retorno al teatro clásico, la dirección de José Tamayo y el reencuentro con María Jesús Valdés, de cuya mano se adentró en los caminos empedrados de la interpretación. Mas, al poco de comenzar la función, se sintió indispuesto. Aguantó hasta el final y fue al pasar por las urgencias de un hospital cuando recibió el diagnóstico como una pedrada: sufría un infarto y debía quedar ingresado. Aceptó, pero le pidió al médico -"inocentemente, sin ninguna pose"- que le dejara salir al menos para el estreno. Dos años y medio después le llega la segunda oportunidad calderoniana. "Ha sido como vencer a la muerte", dice.Pregunta. ¿Calderón es para un público novato o experto?

Respuesta. Si se hace como se debe hacer, cualquiera lo puede degustar, porque el verso es como la música: puede que a veces no entiendas las palabras, pero si el sonido que sale de tu boca es bueno, la gente lo escucha como un instrumento musical y le agrada al oído. Y eso pasa tanto en el teatro clásico como en la poesía.

P. ¿Cuál es el secreto de su declamación?

R. Primero hay que nacer con una disposición. Yo, además, tuve la suerte de aprender con los grandes maestros del teatro clásico: María Jesús Valdés, Manuel Dicenta y otros muchos que han dicho el verso maravillosamente. Y me ayuda mi amor desmesurado por el teatro. También, el secreto de una buena declamación es saber que existe un ritmo y darle ese punto exacto de no llegar ni pasarte.

P. ¿Hace falta disfrazarse para representar a Calderón?

R. Bastaría con la palabra y una cámara de cortinas negras, pero siempre lo adornas de alguna manera. La propuesta de Tamayo es barroca. Este director tiene la habilidad de que sus actores digan muy bien el verso y luego él ya se encarga de adornarte todo lo demás. Si quieres, puedes ir a esta representación y escuchar y disfrutar con los ojos cerrados. Lo que pasa es que llevando estos trajes tan bonitos es difícil cerrar los ojos.

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P. ¿Es lo mismo representar en Madrid que en otros sitios?

R. El público es igual en todas partes, pero Madrid es un lugar muy importante para consagrarse. Es como el Broadway de Estados Unidos.

P. ¿Qué tiempos corren para el teatro no frívolo?

R. Buenos tiempos, porque la gente se ha cansado de la zafiedad, el taco por el taco o el desnudo por el desnudo. Hoy se hacen comedias de gran calidad literaria. Cuando acabó la censura, en cualquier comedia alguien entraba por la puerta y se desnudaba, viniera o no a cuento. Pero esa moda pasó.

El gran teatro del mundo. Hasta el 15 de diciembre en el teatro Bellas Artes. Marqués de Casa Riera, 2, metro Sevilla y Banco. De 1.800 a 3.500 pesetas.

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