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FINAL DE LA COPA DAVIS La gran cita del tenis español

Locos por una entrada

No queda nada por vender y la reventa ofrece en Internet localidades a 290.000 pesetas

La locura se ha desatado. Hoy se realizará el sorteo de la final de la Copa Davis, y mañana comenzarán a disputarse los encuentros individuales. Y a medida que se va acercando el gran momento, las solicitudes de entradas se van multiplicando. Conseguir una entrada se ha convertido en el objetivo de las personas influyentes que han despertado tarde. Todos conocen a alguien, todos tienen un amigo que es jugador o familiar de jugador, técnico o federativo que prometió resolverles el problema cuando se suscitara: "¡Pagando, desde luego!". Pero todos lo han hecho tarde. ¡Ya no quedan billetes!Da lo mismo que estén dispuestos a pagar 45.000 pesetas, 25.000 o 15.000, precios a los que las entradas se pusieron a la venta a mediados de noviembre. No hay entradas. Y los pocos revendedores que disponen de pequeños lotes, las están poniendo a la venta en Internet a precios prohibitivos: 290.000 pesetas por un abono por los tres días con hotel incluido.

"No sé de dónde han salido", asegura Marco Fuster, gerente de la Federación Española de Tenis. "Nuestra principal preocupación desde el principio fue evitar que surgiera la reventa. Por eso, quisimos que las entradas fueran directamente a los clubes de tenis de toda España [4.500], para evitar especulaciones. Nuestra prioridad fue la gente del tenis. Y después, las 3.000 restantes se pusieron a la venta en unos grandes almacenes, pero no se vendieron más de cuatro por persona".

El reparto de las entradas suscitó ya algunas polémicas. El aforo total del Palau Sant Jordi es de 15.000 espectadores. Y los responsables de la federación realizaron el siguiente reparto: 4.500 entradas para los clubes (un 5% de sus licencias), 1.200 para los patrocinadores, 1.400 para la Federación Española, 700 para la Federación Catalana, 1.400 para la Federación Internacional, 1.300 para la Federación Australiana, y 3.000 se pusieron a la venta en unos grandes almacenes por toda España. Las 500 restantes correspondían a acreditaciones de prensa.

Muchas personas se quejaron con amargura el pasado 10 de noviembre, porque en 1 hora y 17 minutos se habían agotado las existencias en El Corte Inglés. "En varios centros ni siquiera se vendieron entradas", aseguraron algunos aficionados. Pero Joan Cuscó, responsable de este apartado, lo niega. "En todos los centros se vendieron algunas. Pero es cierto que los almacenes que las distribuían se quedaron alrededor de 100. Y tenían permiso".

La federación repartió 30 entradas gratuitas a cada jugador y les ofreció la posibilidad de comprar algunas más. A los técnicos les concedió 15 y les abrió la puerta a 10 más de pago. Pero nada de eso ha bastado. "Algunas personas creen que nosotros somos los dueños del acontecimiento", explota Javier Duarte, uno de los miembros del G-4. "Nuestro teléfono no para de sonar, y la mayoría de las veces es para pedirnos entradas", corroboran Jordi Vilaró y Josep Perlas. "Y lo mismo les ocurre a los jugadores y, sobre todo, a sus padres y familiares. Pero ya no podemos hacer más".

Marco Fuster explica que hace unos días llegó a la federación un fax de un operador de viajes que casi exigía 1.000 entradas. "La gente no tiene conciencia de cuál es la situación", agrega el gerente de la federación. "No tenemos entradas porque todo el mundo se ha quedado las que le tocaban y han pedido más. Sobre mi mesa hay más de 2.000 fax pidiendo entradas".

La final de la Copa Davis ya está en la calle. Barcelona,Cataluña y España la viven con intensidad, y los VIPS empiezan a mover la cola. Pero algunos se quedarán fuera. "El Sant Jordi no da para más. Hubiéramos llenado dos", dice Agustí Pujol, presidente de la federación. A los más rezagados les quedará el recurso final: ver los partidos por televisión.

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