El año cero de María Zambrano
Escritos fundamentales de la autora malagueña podrán salir a la luz en 2001
Hace sólo 20 años, aún viva la más original pensadora que haya existido jamás en español, la Universidad de Málaga rechazaba la petición del profesor de filosofía de la misma Juan Fernando Ortega, junto con el catedrático de Literatura Cristóbal Cuevas, de concederle el doctorado Honoris Causa argumentando la falta de interés de una desconocida. Sería "un bochorno irreparable para la Universidad de Málaga", dijo entonces un profesor de filosofía. Ya con el Príncipe de Asturias y regresada a España, la Universidad acabó poniéndole el birrete a la pensadora veleña el 25 de abril de 1985.Dos años más tarde se constituyó la fundación que lleva su nombre y en 1988 se le concedió el Premio Cervantes, incluso estuvo a punto de ganar el Nobel de Literatura, que finalmente obtuvo Camilo José Cela, al año siguiente. Cuando murió el año 1991, a los 87 de edad ya era vox pópuli que su obra originalísima, entre la literatura y el pensamiento, entre la fe y la ética, estaba adelantada a su tiempo.
El año que viene harán 10 de la muerte de María Zambrano. En esta década sin su presencia se han multiplicado las ediciones de sus libros en español y en otros idiomas: Persona y democracia, Claros del bosque, Los sueños y el tiempo, La tumba de Antígona, Delirio y destino, Notas de un método, El sueño creador... Tras el congreso de Roma del pasado septiembre y otro en Chile el próximo año y mientras continúa itinerando por el mundo la exposición sobre su vida organizada por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el interés por María Zambrano se multiplica en tesis, seminarios y ediciones.
Pero todavía quedan por descubrirse sus mejores secretos. Resulta que la filósofa dejó escrito en su testamento que sólo 10 años después de su muerte podrían darse a conocer públicamente ciertos documentos y cartas privadas que guarda la fundación que gestiona sus derechos y legado en Vélez-Málaga y que alberga más de 3.000 volúmenes, 509 manuscritos y 200 revistas.
"Lo más llamativo es la correspondencia amorosa que sostuvieron el doctor Gustavo Pitaluga, uno de los hombres que estaban destinados a ser fundamentales en el frustrado Gobierno republicano de la izquierda española, y María Zambrano, ya en el exilio cubano. Son cartas que a veces resultan tórridas y nos revelan a una mujer llena de deseo y enamorada", recuerda Juan Fernando Ortega. Resulta que Zambrano estaba casada desde 1936 con Alfonso Rodríguez Aldave, de quien se separó en 1948. "Ella no quiso que se dieran luz a esas cartas hasta 10 años después de su muerte; así que el próximo año comenzaremos a publicar algunas", revela Ortega.
Así las cosas, cualquier revelación de Zambrano ha adquirido un interés inusitado y un inédito suyo es carne fresca para investigadores. Pues uno guarda el primer número doble de la revista El Maquinista de la Generación, que edita el Centro de la Generación del 27 y que se presentará este mes de diciembre. No será el único de un número diseñado por Lorenzo Saval (director de Litoral) y Miguel Gómez y coordinado por éstos y José Antonio Mesa Toré.
Allí, además de una extensísima cantidad de artículos sobre el 27 y su entorno, fotografías y documentos muy poco conocidos, se incluirán dibujos inéditos de Alberti y Pérez Estrada, fotografías de Buster Keaton en Málaga, otro texto inédito de Prados, cartas no publicadas entre Aleixandre y Guillén guardadas en el archivo de la Imprenta Dardo, otra carta entre Dora Carrington y Gerald Brenan y otra más entre Guillermo de Torre y Francisco Giner. En ese contexto el artículo de María Zambrano (está reproducido en la parte inferior de la página) que han cedido para su publicación en este periódico la fundación y El Maquinista de la Generación es otra pequeña joya para investigadores.
Se trata, como especifica el secretario de la Fundación María Zambrano, el poeta Joaquín Lobato, de un "documento inédito; forma parte de una carpeta más extensa que lleva por título Historia y poesía, compuesta por una serie de apuntes, esquemas y borradores que mantienen relación con dicho epígrafe. El carácter primigenio de estos documentos marca, por tanto, su redacción, ortografía y puntuación y hace que su lectura pueda ofrecer algunas dificultades para su comprensión. No obstante, hemos preferido transcribir literalmente el texto, respetando su originalidad e integridad".
La mujer de los gatos, como la conocían en Roma, donde vivió 20 años rodeada de felinos habla en este texto del origen de la poesía. La escritora que alumbró un sistema, precursor metafísico y hondo de lo que hoy llamamos "inteligencia emocional", que llamó "razón poética", se zambulle por vez primera en este texto en el origen de la poesía. Es un texto a veces oscuro. Pero como toda su obra, de vez en cuando los chispazos de luz acaban alumbrando una caverna desconocida.
'El nacimiento de la poesía', un texto inédito de la escritora
Nace la poesía como todo hacer transcendente de la ruptura de un orden, de un orden anterior a la separación del hombre como criatura singular a su existencia propiamente. Mas como el hombre tardó un tiempo en sentirse existir, en ese lapso, antes de que el hombre existiera y después de haber sido dejado del orden que lo albergaba, surgió lo primero el poetizar en esta criatura, que había dejado de serlo propiamente, ya dueña de la palabra. En un vacío, en un hueco ese vacío lo ceñía, cuando se le hizo presente también la oquedad de su corazón, ya suyo o pidiendo serlo, nació el poetizar irremediablemente.Cuando la palabra, pues, fue necesaria para hacer y para establecer, más allá de la comunicación que se supone sea el originario oficio de la palabra.
Y si la palabra le fue dada al hombre originariamente para comunicarse, para señalar, la poesía no tendría raíces en el ser humano sino solamente en su vida. En una vida desprendida del ser y que lo ha perdido de vista. En una vida solamente humana, miserablemente.
El germen de la palabra y su poder de germinación abren al par el tiempo ya propio del hombre, su nuevo albergue tras el orbe perdido. El tiempo múltiple movible, los anillos que se deshacen y rehacen, el tiempo orbe y albergue se da originariamente y no el tiempo que linealmente transcurre. El tiempo transcendente que puede contarse en una relación análoga a la que la palabra, transcendente hacer poético, guarda con la palabra comunicante. No se excluyen, sólo se separan para unirse incesantemente. Mas la palabra poética, transcendente al igual que el tiempo-órbita, presiden la vida del hombre, uniendo así su ser con su vida.
No nace la poesía pues del hechizo que sólo en una estación plenamente ciudadana tendrá lugar, se revelará como prenda, como talismán.
Como no viene la mística de la magia, de la mágica apropiación de lo divino opuesto o resistente al hombre solo.
...De ahí que el poeta tenga que irse lejos del centro donde vive, que sea primeramente el huido, el perdido. Regresa cuando se va: a la naturaleza o al modesto y domeñado campo. Al orden que siente sea el primero y se haya ocultado, se le haya sustraído alentando tan próximo a él. Huye a las afueras, bordea las horas y los oscuros lugares, las horas y los lugares sin nombre de la ciudad. Atraído siempre por el nombre primero y por lo sin nombre que el poeta apetece nombrar o al menos mirar, a sentir, y ante todo darle compañía, que lo no nombrado o innombrable no se quede solo. Y el poeta así se asimila a ello, se hermana con ello. No tiene nombre y sólo de este modo lo encuentra a veces, en momentos que la palabra vuelve a ser humildemente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.