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Mikel Azurmendi emplaza al PNV a pedir "la derrota militar de ETA"

El profesor donostiarra Mikel Azurmendi, que se vio obligado a dejar el País Vasco, familia y amigos el pasado verano porque los terroristas le hicieron la vida imposible, ha dejado por unos días su exilio involuntario en una universidad americana para presentar ayer en Madrid el libro Y se limpie aquella tierra (Taurus). En este ensayo, el autor analiza cómo la limpieza étnica se constituyó ya en el imaginario vasco en los siglos XVI-XVIII como un mecanismo para asegurar el concepto de vasco como comunidad privilegiada. Sobre el presente, Azurmendi cree que el PNV debe pedir inmediatamente "la derrota militar de ETA".

Sobre su marcha a Estados Unidos el pasado verano, tras sufrir continuas amenazas por parte de los etarras y un intento de atentado, este profesor de Antropología Social, nacido en San Sebastián en 1942, decía ayer que cómo iba a gustarle su nueva vida en la universidad americana si él no era un profesor americano; al contrario, "soy un hombre acalorado", y añadió que la situación desde EE UU la percibía de un modo diferente. "Soy ya un hombre mayor y desde allí todo es distinto, lo que quiero es volver, pero no para vivir como mis amigos, con guardaespaldas y policías, así no voy a venir", contaba ayer Azurmendi, acompañado de Jon Juaristi, director de la Biblioteca Nacional, y del periodista José María Calleja; "por eso me fui, aunque en realidad no se lo que quiero", reflexionaba durante la presentación de su nuevo libro, Y se limpie aquella tierra. En este ensayo, Mikel Azurmendi reconstruye la fabricación de los orígenes de la nacionalidad vasca a través de lo que contaron algunos tratadistas de los siglos XVI-XVIII, como Manuel de Larramendi, Garibay y Poza, que inventaron, a juicio de Azurmendi, "todo un concepto acerca de lo que significa ser vasco y de su superioridad respeto al resto de los españoles".

Para este escritor, el jesuita Larramendi ya define en su libro La corografía de Guipuzcoa (1750) los rasgos que aún hoy sintetizan la cultura nacional vasca moderna: una angustiosa experiencia del presente ("Arzalluz siempre satanizando, porque ellos son sucesores de Dios, descendientes directos de Noe y Tubal, los vascos son hidalgos porque son una raza pura"); una consideración no utilitaria de la lengua vascongada y una intención permanente de etnicidad. "Entre los vascos siempre ha habido limpiezas, porque para ellos siempre ha habido sucios, el negro, el judio y así el extranjero que queda configurado como el español (el negro mezclado). Y claro, siempre hay alguien que nos tiene que salvar: los gudaris (soldados vascos). Al PNV los que queman la calle con gasolina les parecerán bestias, pero quieren lo mismo", subrayó con un evidente apasionamiento: "Perdonad que hable así, pero es que llevo tres meses sin hablar", dijo.

Para este ex militante de ETA y fundador del Foro Ermua -que condenó en su momento el asesinato de Carrero Blanco ("la muerte de ningún hombre ayuda a nada, ni siquiera la de Carrero")-, el PNV "debe pedir la derrota militar de ETA". "El PNV", añadió, "todavía no ha dicho que quiere que ETA desaparezca. Y yo, aunque no quiera lo mismo que el PP y el PSOE, contra el terrorismo deben ir juntos y todos los demás debemos apoyarles".

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