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Entrevista:JOAQUÍN ACHÚCARROPIANISTA

"Jamás me hastían las obras que toco. Cada vez se empieza desde cero"

Obras de Bach, Beethoven, Albéniz, Debussy y Falla forman el programa del concierto que el pianista bilbaíno Joaquín Achúcarro (1934) ofrece esta tarde (20.30) en el Teatro Arriaga a beneficio de la Fundación Etorkintza. Achúcarro ha recorrido 56 países actuando como solista, y en ocasiones como acompañante, con 187 orquestas bajo la batuta de 306 directores. Ha logrado numerosos premios a lo largo de su carrera y sus grabaciones discográficas incluyen 20 títulos.Pregunta. ¿A qué edad puso sus manos en un piano?

Respuesta. Sí recuerdo que tenía que subirlas por encima de la cabeza para llegar alcanzar las teclas, aún poniéndome de puntillas en el suelo.

P. ¿Cuántas horas diarias de ensayo?

R. Hay días en los que puedo estudiar todo el día y otros, desgraciadamente, no puedo hacerlo, por los viajes continuados. Puedo decir que unas seis horas diarias.

P. ¿Para que no produzca hastío una obra muy ensayada hay que ir al piano como si se tratara de la primera vez que se toca?

R. A mí jamas me producen hastío las obras que toco. Cada vez se empieza desde cero, porque hay que limpiar cosas y pulir otras. Nunca han dejado de ocurrírseme ideas nuevas con las obras que toco muchas veces. Están madurando y creciendo en mí, como yo estoy envejeciendo.

P. ¿Siempre debe interpretarse según el espíritu que el compositor ordena?

R. ¿Y quién sabe lo que el compositor ordena?, podía preguntarse a su vez. Lo que hace el compositor es dejar pistas en la partitura. Primero pone allegro apassionatto o pone lento o pone lacrimoso, y con eso da una idea del carácter de la pieza. Pero luego hay que zambullirse en la partitura y estudiar no sólo las notas, sino lo que hay detrás de las notas. En grandes compositores como Beethoven y Brahms se ven los indicios o las pistas que dejan. Luego tienes que pasar al piano lo que crees que el compositor te ha dicho.

P. ¿Tantos años interpretando y nunca ha probado a componer?

R. He compuesto el himno de Leioa. ¡El trabajo que me dio!

P. Es habitual que en un recital figuren obras de Beethoven, Chopin, Brahms, Bartok o Ravel, pero pueden ser también Mozart Schubert o Satie. Muchos de ellos son súmamente dispares. ¿Cómo se pasa de un mundo a otro en pocos minutos?

R. Es verdad que a finales del siglo XIX, principios del XX, los grandes intérpretes no lo hacían. Hay un escrito de Ferrucio Busoni hablando sobre el salto mortal espiritual que hay que dar para pasar de tal obra a tal obra, que es recomendable no intentarlo siquiera. Pero ahora eso es moneda corriente. Es determinante saber programar. No conviene poner muchas obras virtuosísticas, por ejemplo, una detrás de otra, porque se destruyen unas a otras. Ahí tenemos que recurrir a aquellas palabras de Rubinstein, que decía que un programa es como un menú. Hay que empezar con unos entremeses, luego una sopa, un plato principal, un vino muy bueno, los quesos, los postres, el café y lo que sea.

P. ¿Qué diferencias existen en la música de Bach cuando se toca al piano aquello que el maestro concibió para clave?

R. Yo no sé si el maestro lo concibió para clave. La música de Bach es tan interinstrumental, que es como decir tan esencial, y está tan fabulosamente organizada y engranada... El engranaje de la música de Bach es tan fabuloso que se puede tocar en cualquier instrumento. A él le daba lo mismo tomar una composición para dos flautas y ponerla en clavecín y una composición para cuatro clavecines ponerla en órgano. Más adelante es cuando ha surgido la idea del sonido de cada instrumento.

P. ¿El piano es lo más parecido a una orquesta?

R. Yo diría que sí. Soy pianista y estoy contento con que al piano le llamen el rey de los instrumentos.

P. ¿Qué compositor es el más difícil de interpretar?

R. Todos. Hacer una bonita frase en Mozart es muy difícil. Lo que pasa es que hay músicos como Chopin o Liszt o Rachmaninov que resisten el ataque de mal gusto mejor que Mozart.

P. ¿Qué sensación se produce en el pianista en el momento de la entrada del piano, por ejemplo, en el Concierto número 21 para piano y orquesta de Mozart? Lo mismo se puede decir del 20 y del 23...

R. En general en toda la música de Mozart no hay que olvidar nunca que fue un gran compositor operístico y dramático. Esa entrada, si es al que te refieres, el kegel 467, do mayor, se la he contado a mis alumnos. En el momento en el que termina el tutti de la orquesta hay un diálogo entre el fagot y el clarinete ¿o es el oboe?; y uno de esos personajes dice: "Ya hemos terminado el tutti, tenía que haber entrado el piano, pero el piano no ha venido"; y dice otro: "¿Dónde puede estar?"; y responde la flauta: "Pues si no viene nos iremos a ca..."; en ese momento llega el piano y dice: "Un momento, aquí estoy". Eso es una escena de ópera.

P. Vistos los continuos viajes, ¿un intérprete tiene que saber adaptarse a climas variados, costumbres peculiares, gastronomías diferentes e incluso idiomas múltiples y hasta salas diferentes? ¿Hay que ser un poco camaleónico en cierta manera?

R. Si es vasco, las gastronomías van estupendo. Hablando de las salas, me pasó una cosa curiosa. Tocando con la Orquesta Nacional Escocesa, estábamos dando una gira de conciertos; tuve un piano que no me gustó nada el primer día y un piano que me gustó muchísimo el segundo día. Al comentarlo, me dijeron: "Maestro, este piano es el mismo de ayer". Lo que había cambiado era la sala.

P. ¿Se toca con todo el cuerpo y no sólo con las manos?

R. Claro que se toca con todo el cuerpo. Desde el estómago se empieza a tocar o desde la punta de los pies y con el cerebro a diez mil revoluciones por segundo.

P. ¿Los días sin practicar son días perdidos?

R. Depende, porque a lo mejor esos días pensando en la música fuera del piano se te ocurren ideas, que igual en el piano no se te ocurrirían. Ahora, yo me siento muy mal cuando no he movido las manos. Me encuentro como si no hubiese comido, y a disgusto.

P. ¿Se deben compartir con el compositor los aplausos después de una gran interpretación?

R. Si el compositor es Beethoven, qué falta le hacen los aplausos. Si el compositor es un compositor contemporáneo y amigo, y la obra es un estreno, entonces por supuesto que se comparte con él.

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