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La Guardia Civil da por resuelto el crimen de Álora con los tres detenidos

Unas botas militares

Los tres detenidos por el asesinato de la joven de 20 años Ana Elena Lorente, el 10 de septiembre, en Álora (Málaga), pasan esta mañana a disposición judicial. Eran sospechosos desde el principio de la investigación y después de dos meses y medio de indagaciones -en las que interrogó a unas mil personas- la Guardia Civil "no tiene dudas" sobre su responsabilidad y piensa que el caso está "bien cerrado", según ha declarado el subdelegado del Gobierno en Málaga, Carlos Rubio. Sin embargo, Juan Navarro, Carapelo, de 38 años, considerado por los agentes de la Guardia Civil como el más peligroso de los tres presuntos autores del crimen sigue negando los hechos que se le imputan. Por el contrario, tanto Agustín Cortés, Cartucho, de 19 años, como Ana Gema G., de 18 , han confesado su participación en el crimen y sus versiones son idénticas, aunque han estado incomunicados desde su detención en la tarde del viernes. Ambos incriminan también a Carapelo.

De sus declaraciones se ha establecido que Ana Elena Lorente, abandonó la romería con Ana Gema confiada porque era vecina de su abuela. Todos, presuntos asesinos y víctima, habían pasado toda la noche del 9 al 10 de septiembre en la romería de la Virgen de Flores en el pueblo de Álora, de unos 13.000 habitantes a 50 kilómetros de Málaga hacia el interior. Ana Gema es considerada por los investigadores como "cooperadora necesaria" para el crimen, que habría sido cometido por Carapelo y Cartucho. Juan Navarro ha declarado que se fue de la fiesta muy pronto y no esperó hasta la mañana.

El móvil inicial habría sido el robo. Pero, según fuentes oficiosas, "a Ana Elena la mataron a patadas, con unas botas militares", ante su resistencia a la violación que intentaron los dos hombres y no pudieron conseguir. Ayer, los agentes del instituto armado registraron la casa de Cartucho en busca de diversas prendas y en especial de sus botas. El registro, en una infravivienda en el barrio alto de Álora, junto al castillo árabe, duró una hora. Entre las pertenencias de Agustín Cortés que se llevaron los investigadores, en tres bolsas, había unas botas militares que podrían ser las utilizadas para patear a Ana Elena hasta la muerte. Juana Santiago, la madre de Cartucho, no paró de llorar ayer, presa de un ataque de nervios, durante el registro. "Si mi hijo ha sido, que lo pague, y lo siento mucho, porque es mi hijo", explicó. Y en alusión a la madre de la víctima repitió su pesar: "La pobre tendrá mucho dolor, yo soy madre también y me duele".

El sábado, en el registro en casa de Carapelo, la Guardia Civil también se llevó, entre otros objetos, unas botas, pero no eran militares. Todas las pruebas serán llevadas esta mañana, junto a los tres presuntos culpables de la muerte de Ana Elena, ante el juez que lleva el caso en Málaga.

Entretanto, las detenciones del viernes han producido una cierta tranquilidad en esta localidad del valle del Gaudalhorce. Mil interrogatorios y las pruebas de saliva para el ADN realizadas a todos los hombres (más de 500) desataron, en estos dos meses y medio, rumores, sospechas y acusaciones de todo tipo.

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