Netanyahu regresa a Israel para preparar su carrera hacia el poder

Benjamin Netanyahu regresa hoy a Israel. El retorno del ex primer ministro, del partido derechista Likud, a su país (seis días después de la caída del Gobierno de Ehud Barak y la convocatoria de elecciones anticipadas) coincide con el fin de su exilio político. Sus seguidores, que sobre el papel se cuentan por millones, sueñan con llevarlo en volandas desde el aeropuerto a la residencia de primer ministro en Jerusalén, olvidando que en su partido hay ya un candidato oficial, Ariel Sharon.

En el Likud, Bibi, como se conoce familiarmente a Netanyahu, no ostenta cargo alguno; es, desde un punto de vista organizativo, un don nadie, que se apartó por voluntad propia en mayo de 1999 tras perder las elecciones. Entonces, Netanyahu renunció a todos sus cargos.Pero los promotores de la operación retorno no se detienen en nimiedades. Haim Cohen, de 45 años, contable de profesión, miembro del Comité Central del Likud, es el máximo responsable del Foro por Netanyahu, una plataforma cívica creada para rescatar del ostracismo a Bibi. Junto a este promotor inesperado y gris, se adivina el apoyo de otros personajes más poderosos, como los diputados Israel Katz y Yuval Steinitz o Edhud Olmert, alcalde de Jerusalén. Todos son puntales importantes de la operación retorno.

"Bibi, tú serás el próximo primer ministro", le dijeron estos incondicionales por teléfono, en la noche del martes, cuando en la Knesset (Parlamento) se consumó la caída de Barak. Desde el otro lado del teléfono, en un lujoso hotel de San Francisco, Netanyahu ultimó con ellos los detalles de su regreso triunfal, hoy domingo. El gran acto de adhesión popular tendrá lugar el lunes, en el Teddy Stadium de Jerusalén, con ocasión del partido de fútbol entre el Hapoel Haifa y el Beitar Jerusalém, del que Bibi es un incondicional. Se esperan 100.000 seguidores a los que se equipará con 50.000 adhesivos con nombre y fotografía del líder.

El Foro por Netanyahu ha redactado el discurso de su campaña; es una línea recta que vincula el regreso del candidato con el retorno de la tranquilidad y la calma a Israel, después de dos meses de Intifada y más de trescientas vícitmas. El abecé de su programa preelectoral queda resumido en esas enormes pancartas, que se confeccionaban ayer en un taller de Talpiot en Jerusalén oeste: Israel quiere seguridad o Bibi vuelve necesitamos seguridad.

Los promotores del relanzamiento de Netanyahu han creado un clima de euforia. Las encuestas se han disparado; pronostican el triunfo aplastante de Bibi, con el 47% de los votos, frente a 22% de Barak. La borrachera de las cifras es sorprendente sobre todo si se tiene en cuenta que Netanyahu no ha anunciado aún su candidatura, ni se conoce tampoco la fecha de unos comicios.

"Hay que ser un analfabeto político para tomarse en serio estas encuestas", contesta desde la otra punta del Likud Michael Adari, quien se alinea con los seguidores del candidato oficial, Ariel Sharon. Éste sí ha anunciado su decisión de acudir a los comicios como cabeza de lista.