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Cabanillas pide que los medios y el poder dejen la pelea

El ministro Portavoz, Pío Cabanillas, clausuró ayer las jornadas de comunicación organizadas por la CEA en Sevilla con un mensaje de buena voluntad y una petición de compromiso. Cabanillas, que recordó ante los asistentes al acto que se dedicó al periodismo durante 20 años de su vida y que es político desde hace muy poco tiempo, pidió que tanto desde el poder como desde los medios se abandone el viejo esquema que presuponía que el conflicto era la única manera de relación mutua."Nadie es el amo de la información", afirmó, en un mensaje dedicado tanto a los medios como al poder. El ministro portavoz destacó la necesidad de que la información se base en el respeto a los derechos y las obligaciones de unos y otros y a la difusión de la cultura, un punto en el que insistió como el más importante, a su juicio. El ministro dijo de los empresarios de comunicación que estos "nos son la opinión pública, sino sólo su instrumento". Cabanillas también tenía un mensaje para los gobernantes a los que pidió que "no condicionen" el flujo de información. El portavoz del Gobierno pidió una visión de "contrapesos" como ideal de la relación entre poder y medios.

Antes de la clausura, el defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, el periodista y escritor Luis Carandell, el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel y el director general de RTVA, Rafael Camacho participaron en una mesa moderada por Amalia Gómez sobre la visión social del poder.

Pimentel alababa la capacidad de los medios y de los cargos políticos para abrir, alimentar o, incluso, defenestrar debates sociales imprescindibles. El ex ministro considera que los políticos dependen cada vez más de los medios, ya que "el poder se alimenta del debate social". "El político busca convencer, que le amen", afirmó Pimentel, que considera que los medios resultan ineludibles para colmar esta meta.

Camacho realizó una pequeña autocrítica desde su perspectiva de político que ha regresado al periodismo y aseguró que "no es que exista una mediocracia, pero si es cierto que los medios pueden acabar marcando las agendas de los políticos". El responsable de ente público andaluz también reflexionó en alto sobre la posibilidad de que las empresas de comunicación se despeñen ante el riesgo de tratar a las audiencias más como clientes que ciudadanos.

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