El PNV acusa a Aznar de "sucia satanización" del nacionalismo y de identificarle con ETA
Con una imagen de "solemnidad", traducida en una negativa a responder a pregunta alguna, Xabier Arzalluz, presidente del PNV, leyó ayer una declaración institucional de su partido "con ocasión del aniversario de la ruptura del alto el fuego de ETA", en la que ataca al Gobierno de José María Aznar, a ETA y a HB. Tras identificarse con el pueblo vasco y "su ansia de paz", el PNV señala que está "dispuesto a arriesgarse y a moverse para conseguir la paz". Los peneuvistas acusan a Aznar de "sucia satanización e identificación del PNV con ETA". A HB le desafía a evaluar "qué ha sido más productivo para Euskadi [para la "construcción nacional]": el periodo de 14 meses de alto el fuego o los 12 meses posteriores de atentados y violencia".
Nostalgia
Flanqueado por los presidentes de las cuatro direcciones territoriales -a su derecha, José Antonio Urbiola y Juan María Juaristi, de Navarra y Guipúzcoa, respectivamente, y a su izquierda, Iñigo Urkullu y José María Gerenabarrena, de Vizcaya y Álava-, Arzalluz, en Sabin Etxea, la sede del PNV en Bilbao, leyó en castellano la declaración institucional de su partido. El texto en euskera fue leído por Urkullu. En un repaso a la historia reciente, el comunicado señala que los principales afectados por la "lucha armada" son los vascos que sufren en sus familias "un muerto, un amenazado, un extorsionado, un encarcelado o un exiliado". Frente al pueblo vasco, que veía en la tregua una "liberación", el PNV coloca en el otro extremo a los grupos políticos que ven el terrorismo como "una ficha de dominó" y que reaccionaron ante el alto fuego calificándolo de "tregua trampa" o atribuyéndolo a la "extrema debilidad de ETA".La crítica más fuerte contra el Gobierno se expresa justo después de asegurar que el PNV busca un "nuevo periodo de distensión y de diálogo en mejores condiciones" que las conocidas. Así, tras rechazar el uso exclusivo de "la vía policial" contra ETA, el PNV niega que el PP tenga "voluntad de diálogo". "Hoy por hoy, no cabe esperar del Gobierno de Aznar y del PP iniciativa ni colaboración alguna para un proceso de paz, que no sea la vía de la fuerza, del enfrentamiento y de la agresividad para quien no se someta a sus planteamientos".
El PNV justifica en esta "discrepancia absoluta" su alejamiento del PP, partido con el que compartió un acuerdo de legislatura durante el primer mandato de Aznar, entre 1996 y 1998. Para los nacionalistas, esta actitud de "sucia satanización e identificación del PNV con ETA" ha llevado a que los populares les exijan cambios ideológicos, de "metas políticas o dirigentes, así como la dimisión del Gobierno".Pero los reproches no van sólo a los populares. Sin mencionar el Pacto de Lizarra, el PNV sí muestra su nostalgia del pasado reciente de colaboración entre nacionalistas, que "ETA ha dilapidado". Así, fustiga a HB y ETA, a los que acusa de no respetar la voluntad de los vascos: "ETA está fuera de lugar en el marco del pueblo al que pretende liberar".
Los nacionalistas, junto a su voluntad de paz, tienen en la "construcción nacional" su objetivo y creen que ETA lo perjudica. "¿Puede EH decirnos a quién está beneficiando objetivamente y desde un punto de vista político la estrategia de ETA?", pregunta el PNV a Herri Batasuna poco después de acusarles de haber cometido "fraude político" y de "mentir a su electorado y base social". Junto a los ataques exclusivamente políticos, los nacionalistas vascos preguntan a la izquierda abertzale y violenta si los 21 asesintaos de este año no merecen una "valoración desde el punto de vista ético y de los derechos humanos".
El ataque del PNV a ETA está planteado en la declaración institucional como una serie de preguntas. Por una lado, piden explicaciones sobre la constante vulneración de "la voluntad expresa del pueblo vasco", del "ámbito vasco de decisión", al utilizar la violencia. Por otro lado, se preguntan quién es ETA para imponer sus objetivos, sus modelos de sociedad o sus calendarios, proyectos territoriales o modelos institucionales: "Quién es ETA para tratar a la sociedad como menor de edad".
Tras dar un repaso a populares y terroristas, el PNV asume su voluntad de "arriesgar" para lograr la paz y, así, "mantener con otras formaciones, sin exclusiones, cuantos contactos e iniciativas sean necesarios para encauzar la solución. Los nacionalistas, que consideran el terrorismo su prioridad política, quieren sacarlo del tráfico electoral".
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