Yugoslavia retorna a la OSCE tras su salida por la guerra de Bosnia
La normalización de las relaciones internacionales con los Balcanes avanza muy deprisa. Al formalizar ayer en Viena la reincorporación de Yugoslavia a la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el nuevo presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, solicitó ayuda de los países occidentales para buscar una salida pacífica a las nuevas tensiones que se viven en Kosovo y en la zona del sur de Serbia limítrofe con esta provincia.
En relación con las recientes agresiones de grupos albanokosovares en la zona desmilitarizada del valle de Presevo (sur de Serbia), que han costado la vida a cuatro policías serbios y provocado el pánico en la región, Kostunica pidió respaldo a las instituciones que la Yugoslavia del ex presidente Slobodan Milosevic había considerado como sus mayores enemigas: la ONU y la OTAN . "He entablado contacto con sendos secretarios generales, Kofi Annan y George Robertson", anunció el líder yugoslavo poco antes de partir de forma apresurada hacia el sur de Serbia, donde la situación, aseguró ayer, es "dramática". Kostunica llegó a última hora de la tarde a la localidad serbia de Bujanovac. En Viena, Kostunica reiteró su voluntad de mantener el diálogo con el moderado dirigente kosovar Ibrahim Rugova y dijo que "en el sur de Serbia nos encontramos ante el clásico fenómeno de terrorismo como el que proliferó en los Estados europeos a finales de los años sesenta y principios de los setenta". La responsabilidad de estos disturbios es, en su opinión, de las tropas internacionales de la Kfor y de la misión de la ONU para Kosovo (Unmik), que no han sabido cumplir con su trabajo y atajar el avance de los separatistas.
En un intento de encontrar soluciones diplomáticas, Belgrado aligeró su presión sobre las tropas de la Kfor, prolongando por tiempo indefinido el ultimátum que les había impuesto en un principio hasta ayer, lunes, a las siete de la tarde (hora peninsular) para que sofocaran los brotes de violencia albanokosovar. El domingo, el Gobierno yugoslavo había movilizado carros de combate y tropas de infantería enviándolos a la franja fronteriza con el propósito de emplear todos los medios disponibles contra la "ofensiva terrorista".
Belgrado ha dejado claro que, si bien los acuerdos de paz para Kosovo le impiden actuar militarmente en la franja de seguridad, está en su derecho de defenderse de eventuales avances de los albanokosovares armados hacia Serbia, más allá de la franja. Kostunica, en carta al secretario general de la OTAN, subrayó: "No se puede esperar que no reforcemos posiciones, policiales y militares, en las zonas fuera de la franja" desmilitarizada de cinco kilómetros.
Ante los ministros de Exteriores de los 55 Estados participantes en la conferencia de la OSCE en Viena, Kostunica firmó los tres documentos que permiten a la República Federal de Yugoslavia ser asumida como nuevo país en la misma organización que suspendió a Yugoslavia en 1992 a raíz de la guerrra de Bosnia bajo el régimen de Milosevic.
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