El clásico gallego se desequilibra

La igualdad de los últimos años se ha quebrado aparentemente. En cuestión de números, la diferencia es pequeña -el Deportivo sólo tiene 4 puntos más que el Celta-, pero el gran clásico del fútbol gallego llega esta noche a Riazor (20.00, Canal +) con un importante desequilibrio anímico y físico entre los eternos rivales. El Deportivo viene de obtener en París -1-3 al PSG- una de esas victorias que dan brillo y ejercen un poder intimidatorio sobre los futuros rivales. Y, además, los coruñeses recuperan a Djalminha. Para el Celta, la semana europea sólo ha deparado un extenuante viaje a Ucrania y una interminable retahíla de bajas. Ése es el diagnóstico previo, pero ya se sabe que en esta clase de partidos las apariencias engañan.Celta y Deportivo se pasan la pelota y juegan a curarse en salud. En Vigo acrecientan su papel de víctimas y, 150 kilómetros más al norte, se sacuden la responsabilidad y sostienen que en los clásicos nunca hay favoritos. "Nosotros también tenemos problemas", argumenta Donato.

Pero lo cierto es que el Celta no encuentra otro guiño de la suerte que no sea la imprevisibilidad del fútbol. A ella se agarra, porque llega con un bagaje penoso como visitante a un campo del que es noticia que se escape un punto, acaba de dejar atrás un severo compromiso en Ucrania y acumula bajas, muchísimas bajas: Manolo, Berges, Sergio, Djorovic, Juanfran, Giovanella, Edu, Velasco y Mc Carthy. La única buena noticia es la reaparición de Mostovoi después de dos semanas lesionado. Como seis de los ausentes son defensas se comprenden los problemas que pasa la zaga del equipo vigués: "Es verdad que tienen muchas bajas atrás, pero su potencial atacante está casi intacto", replica Irureta.

Por falta de efectivos, no sería descartable que Víctor Fernández modifique el dibujo para jugar con tres centrales, puesto que laterales casi no tiene. Cáceres se ha quedado como único inquilino habitual de la defensa, rodeado de un grupo de chavales que en condiciones normales son carne de banquillo. Dadas las circunstancias, la presencia gallega en el partido será celtista en su integridad y más amplia que nunca en los últimos años, ya que Víctor ha tenido que convocar a cinco chicos de la cantera: Coira, Noguerol, Pablo Couñago, Oubiña y Jorge Fernández.

Hasta ahora, no ha necesitado el equipo de Fernández demasiadas bajas para ofrecer un aspecto lamentable lejos de Balaídos. Sólo en la primera jornada, en Pamplona, sumó los tres puntos, para acumular derrotas por lo general abultadas en las demás salidas. Y si hay un equipo fiable en su estadio es el Depor, que lleva 11 meses sin perder en Riazor. Frente a la precariedad céltica, el problema de Irureta es cómo administrar los minutos de juego entre su plantilla. Por lo visto ayer, apostará por el mismo equipo que se lució en el Parque de los Príncipes, lo que significa que puede permitirse el lujo de dejar en el banquillo a Makaay, y al mismísimo Djalminha.